Siria confirmó la implicación del Estado Islámico en el ataque a una iglesia

DAMASCO (AP) — Las autoridades sirias afirmaron que los autores del atentado contra una iglesia griega ortodoxa, ubicada cerca de Damasco, pertenecían al grupo Estado Islámico (EI) y que habían proyectado un ataque adicional contra un santuario chií. Esta información fue revelada el martes por un portavoz del Ministerio del Interior de Siria.

El ataque, que tuvo lugar el domingo en la iglesia de Mar Elías, resultó en la muerte de al menos 25 personas y representa el primer atentado de esta magnitud en años en Siria. Este hecho genera preocupación en un momento en que el nuevo gobierno intenta obtener la lealtad de las minorías religiosas del país.

Noureddine Al-Baba, portavoz del Ministerio, comunicó a los medios que un segundo atacante fue detenido a inicios de semana mientras intentaba llevar a cabo un ataque contra un santuario chií situado en la zona suburbana de Sayyida Zeinab, en Damasco, donde se encuentran numerosos sitios de culto chií. Asimismo, aseguró que las fuerzas de seguridad sirias evitaron otra trama en la cual un atacante en motocicleta planeaba dirigirse hacia una multitud en la capital. Sin embargo, no proporcionó detalles adicionales sobre este último intento.

Al-Baba informó que se realizaron redadas en los escondites del EI, que resultaron en la confiscación de armas y explosivos. Mediante interrogatorios, se logró llegar al líder de la célula responsable del ataque. Se mencionó que el autor del atentado en la iglesia no era sirio, aunque no se dieron más pormenores al respecto.

Declaró que el cabecilla del grupo, Mohammad Abdelillah al-Jumaili, ocupaba un papel destacado en el EI y era responsable de reclutar extremistas en el extenso campamento de Al-Hol, en el noreste sirio, para llevar a cabo ataques.

Decenas de miles de militantes del EI y sus familias residen actualmente en el campamento de Al-Hol, que está bajo el control de las Fuerzas Democráticas Sirias, que son dirigidas por kurdos. Estas fuerzas condenaron el ataque del domingo.

En medio del duelo, se llevaron a cabo ceremonias fúnebres para las víctimas en la Iglesia de la Santa Cruz, en Damasco. Las campanas sonaron mientras hombres y mujeres, entre lágrimas, llevaban los ataúdes blancos. La multitud aclamó mientras el clero honraba a los caídos como mártires.

Dima Beshara, de 40 años, quien perdió a su primo Emil, de 38 años, y a otros siete miembros de su familia en el ataque, afirmó que Siria siempre ha sido un ejemplo de coexistencia religiosa y que ella formó parte de las multitudes que celebraron la caída de Bashar Assad en diciembre. "¿Qué hicieron mal? ¿Fueron a la casa de Dios a rezar?", cuestionó Beshara en el cementerio. "¿Debo temer por mi vida cada vez que voy a rezar?". La preocupación por su seguridad y la de sus seres queridos, quienes frecuentemente asisten a la iglesia, la inquieta profundamente. "Amamos a todos. No tenemos problemas con nadie. Pero queremos reciprocidad", expresó.

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