El voto latino y la política exterior: dos claves en las elecciones de EE.UU.

Sergio Suppo

Las elecciones en Estados Unidos se perfilan como un evento de gran relevancia mundial.

La campaña electoral se encuentra en su punto más álgido. Los candidatos recorren incansablemente los estados indecisos, donde ya se ha registrado una participación significativa. Más de 65 millones de norteamericanos han anticipado su voto, ya sea por correo o de manera presencial. En estados como Georgia, más del 60% de los votantes ya ha emitido su sufragio, lo que indica que el verdadero desenlace de estas elecciones se conocerá el próximo martes por la noche.

En el panorama actual, dos temas dominan la atención. Por un lado, las explicaciones que debe brindar Kamala Harris sobre la política exterior de Joe Biden, especialmente en relación con la crisis en Medio Oriente. Ayer, durante un acto en Nevada, Harris fue interrumpida por manifestantes que cuestionaban las decisiones de la administración actual. Por otro lado, Donald Trump, en un acto en Nuevo México, intenta recuperar el apoyo del voto latino tras sus polémicas declaraciones sobre Puerto Rico y Haití.

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El voto latino en Estados Unidos es diverso y no se alinea automáticamente con un partido. Los cubanos tienden a ser republicanos, especialmente en Florida, mientras que los mexicanos muestran comportamientos diferentes según el estado. Además, Harris busca capitalizar una disparidad en el voto entre hombres y mujeres, donde los hombres tienden a apoyar a Trump y las mujeres a ella. Este fenómeno recuerda el apoyo mayoritario masculino que recibió Javier Milei en Argentina.

Las encuestas de esta mañana ofrecen un panorama ajustado. En estados clave como Pensilvania y Georgia, Harris muestra una ligera ventaja sobre Trump, aunque los márgenes son estrechos. La participación electoral es crucial, ya que no es obligatoria. Los votantes deben registrarse en un padrón estatal, y la participación en elecciones pasadas ha oscilado entre el 58% y el 62% de los habilitados para votar.

La movilización de votantes en Estados Unidos se realiza de manera distinta a otros países. No hay campañas masivas en transporte público, pero existe una militancia activa que reúne a miles de voluntarios que dedican su tiempo a actividades partidarias. Muchos se involucran personalmente, ya sea llevando a otros a votar o realizando llamadas para convencer a votantes indecisos. Esta dinámica comunitaria complementa la intensa campaña mediática y digital que caracteriza a las elecciones en este país.