Estudio revela metales tóxicos en juguetes plásticos populares en Brasil

Investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en colaboración con la Universidad Federal de Alfenas (UNIFAL), llevaron a cabo un estudio exhaustivo que reveló la presencia de sustancias químicas peligrosas en juguetes plásticos vendidos en Brasil. Este análisis, considerado el más amplio en el país sobre la contaminación química en juguetes, examinó un total de 70 productos, tanto importados como de producción local. Los resultados fueron publicados en la revista Exposure and Health.

El estudio, respaldado por FAPESP, demostró que muchos de los juguetes no cumplían con los requisitos de seguridad establecidos por el Instituto Nacional de Metrología, Calidad y Tecnología (INMETRO) de Brasil, así como con las normativas de la Unión Europea. Las violaciones más preocupantes estaban relacionadas con el bario, ya que en el 44.3% de las muestras, los niveles de este metal superaron el límite permitido, alcanzando concentraciones hasta 15 veces más altas de lo permitido. La exposición a este elemento puede provocar graves problemas cardíacos y del sistema nervioso, incluyendo arritmias y parálisis.

Niveles elevados de plomo, cromo y antimonio

También se detectaron cantidades elevadas de plomo, cromo y antimonio. El plomo, asociado con daños neurológicos irreversibles, problemas de memoria y disminución del coeficiente intelectual en los niños, superó el límite en el 32.9% de las muestras, con algunas mediciones alcanzando casi cuatro veces el umbral aceptado. El antimonio, que puede causar problemas gastrointestinales, y el cromo, un conocido carcinógeno, se encontraron por encima de los niveles aceptables en el 24.3% y el 20% de los juguetes, respectivamente.

"Estos datos revelan un escenario preocupante de contaminación múltiple y falta de control. Tanto es así que en el estudio sugerimos medidas de control más estrictas, como análisis de laboratorio regulares, trazabilidad de productos y certificaciones más exigentes, especialmente para los artículos importados", afirmó Bruno Alves Rocha. La investigación se originó a partir del trabajo postdoctoral de Rocha, apoyado por FAPESP, realizado durante su período como profesor visitante en UNIFAL.

Selección de juguetes y métodos de prueba

Para asegurar que el estudio reflejara el mercado en general, los investigadores seleccionaron intencionalmente juguetes dirigidos a familias de diferentes contextos socioeconómicos. Las compras se realizaron tanto en grandes centros comerciales como en pequeñas tiendas de descuento en Ribeirão Preto. "Elegimos juguetes destinados a niños de 0 a 12 años, muchos de los cuales estaban diseñados para facilitar la exploración oral, lo que aumenta el riesgo de exposición a sustancias tóxicas", explicó Rocha a Agência FAPESP.

El equipo utilizó espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente (ICP-MS) para detectar y medir la presencia de metales y no metales, incluyendo cantidades extremadamente pequeñas. También emplearon digestión ácida asistida por microondas para simular cómo podrían liberarse los químicos cuando los juguetes entran en contacto con la saliva de un niño.

Veintiún elementos tóxicos identificados

Este enfoque reveló la presencia de 21 elementos tóxicos: plata (Ag), aluminio (Al), arsénico (As), bario (Ba), berilio (Be), cadmio (Cd), cerio (Ce), cobalto (Co), cromo (Cr), cobre (Cu), mercurio (Hg), lantano (La), manganeso (Mn), níquel (Ni), plomo (Pb), rubidio (Rb), antimonio (Sb), selenio (Se), talio (Tl), uranio (U) y zinc (Zn).

Utilizando pruebas de biodisponibilidad (digestión ácida), los investigadores desarrollaron dos escenarios de exposición diferentes. Uno representó los niveles de exposición típicos basados en concentraciones medianas, mientras que el otro consideró los niveles más altos detectados. Según Rocha, "La exposición varía según las concentraciones de elementos tóxicos, pero también puede variar considerablemente de un niño a otro dependiendo de cuánto tiempo jueguen con el objeto o lo mantengan en la boca".

Liberación química y preocupaciones de seguridad

Las tasas de extracción, que se refieren a cuánto de una sustancia se libera cuando se expone a jugo gástrico, oscilaron entre 0.11% y 7.33%. Estos valores indican que solo una pequeña porción de los contaminantes totales realmente se filtra bajo condiciones que simulan el contacto oral. Sin embargo, Rocha señala que esto no elimina las preocupaciones de salud. "Si bien esto es positivo, el hallazgo no elimina las preocupaciones de seguridad, especialmente dado las altas concentraciones totales detectadas en muchas muestras", dijo.

Rastreo de fuentes de contaminación y riesgos adicionales

La investigación también ofreció información sobre cómo la contaminación podría ingresar a la cadena de producción de juguetes. "Encontramos correlaciones entre níquel, cobalto y manganeso, sugiriendo un origen de fabricación común. Los juguetes de color beige tenían concentraciones más altas de metales, posiblemente debido al proveedor de pintura, lo que es una pista relevante para futuras acciones de control", explicó.

Más allá de los metales tóxicos, el mismo grupo de investigación ha examinado anteriormente químicos que interfieren con el sistema hormonal, incluyendo bisfenoles, parabenos y ftalatos, que son ampliamente reconocidos como disruptores endocrinos.

"Este no es el primer estudio con resultados tan alarmantes, lo que refuerza la necesidad de una acción urgente para proteger la salud de los niños", concluyó Rocha.

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