El flexible Luis Barrionuevo, de la casta peronista al armado libertario

Julio Perotti

Si a alguien le pedimos que dibuje un modelo de sindicalista, es altamente probable que lo primero que se le venga a la mente sea Luis Barrionuevo.

Nacido en Catamarca en 1942, José Luis Barrionuevo exhibe un largo recorrido. No sólo es el titular de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (Uthgra), sino que también es político (fue diputado y senador por Catamarca) y hasta empresario.

No estuvo exenta su participación en el fútbol: fue presidente de Chacarita, al que le fue bien en su gestión.

Barrionuevo tiene una historia, una trayectoria, que es para Netflix.

En los 70 comenzó a trabajar en la seccional San Martín de la Asociación Obrera Textil (AOT).

Allí logró el apoyo de un personaje increíble: Casildo Herrera.

¿Recuerdan a Casildo Herrera?

En 1976, era el titular de la CGT. Hacia el 23 de marzo de ese año, cuando ya se hablaba fuerte de la caída del gobierno de María Estela Martínez de Perón, se fugó a Uruguay.

Un periodista que lo vio en esa capital, le preguntó:

—¿Qué pasa en Buenos Aires, Herrera?

—Ah, no sé: yo me borré —fue la respuesta que pasó a la historia de las frases célebres de la historia argentina.

Pero volvamos a Barrionuevo. Luego de su paso por los textiles, se metió en el gremio gastronómico y a partir de allí, como diría Pinti, pasan los gobiernos, militares, peronistas, radicales, pero Barrionuevo sigue.

Obviamente, estuvo con Carlos Menem, para cuya campaña donó un millón de dólares. Por eso, Menem lo designó al frente de la Administración Nacional del Seguro de Salud (Anssal).

Barrionuevo bancó a Menem en su giro al neoliberalismo contra la opinión de quien todavía era secretario general de la CGT, Saúl Ubaldini, el de la campera negra y los 13 paros a Raúl Alfonsín.

Como el “Yo me borré” de Casildo Herrera, Barrionuevo tuvo su frase célebre. La dijo en una entrevista con Jorge Lanata: para sacar el país adelante, “deberíamos (los políticos) dejar de robar durante dos años".

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También allá por 1994, ¿saben quién entró al peronismo de la mano de Barrionuevo?

Un joven que militaba en la Ucedé de la ciudad de San Martín: Sergio Tomás Massa.

Todo se dio en una visita que Massa y algunos amigos hicieron a Barrionuevo a su casa de Mar del Plata.

Cuentan los muchachos tuvieron que esperar porque Barrionuevo estaba jugando al paddle con Herminio Iglesias.

¿Por qué los adoptó Barrionuevo? El sindicalista y político decía: “Tengo todos los indios que quiero, pero me faltan algunos que se puedan poner saco y corbata”.

Años después, Graciela Camaño, ahora exesposa de Barrionuevo, la señora que los había recibido mientras su marido hacía deportes, formó parte del Frente Renovador de Massa, hasta que se distanció..

La experiencia electoral de Barrionuevo escribió también una página negra. En 2003, él y sus seguidores impidieron una elección en Catamarca porque se sentía proscripto.

Es que la Justicia había inhabilitado su candidatura, por no cumplir el requisito de cuatro años de residencia efectiva inmediata a la fecha de los comicios que establece la Constitución local.

Hubo piquetes en las inmediaciones de las principales escuelas, se robaron y se rompieron urnas. Catamarca quedó sumida en el caos.

El entonces gobernador Oscar Castillo acudió por ayuda al presidente Eduardo Duhalde.

La respuesta de Duhalde fue desoladora:

"Se trata de un personaje (Barrionuevo) que no puedo controlar”.

Entonces, Castillo debió poner fin a los comicios.

Finalmente, las elecciones se hicieron el 24 de agosto, y ganó Eduardo Brizuela del Moral. ¿Quién fue la candidata? Liliana Barrionuevo, la hermana del gastronómica.

En los últimos tiempos, Barrionuevo enfrentó la muerte violenta de un hombre de su confianza, ministro de Desarrollo Social de Catamarca, Juan Carlos Rojas.

Cuando la causa había sido cerrada como muerte natural, fue Barrionuevo el que denunció que fue un homicidio. Todavía no pasó nada con la causa,.

Paradigma de la casta sindical, como otros dirigentes, Barrionuevo es hoy el armador político en el interior ni más ni menos que de Javier Milei.

Barrionuevo acaba de confirmar públicamente que tiene a su cargado ofrecerle a Milei fiscalización en 11 provincias, entre ellas Buenos Aires, para las elecciones del próximo 22.

¿Qué dice Milei de sus amigos, como Barrionuevo, que vienen de la casta?

Que, como en la vida, todos pueden convertirse en liberales hasta el último minuto.

¿Habrá llegado la hora de un Barrionuevo más parecido a Álvaro Alsogaray que a Hugo Moyano?

¿Hasta dónde va a poder acompañar a Milei en la reforma laboral que pretende el libertario?

Seguramente, Luisito va a saber acomodar el cuerpo. Lo hizo antes, lo hace ahora y, claro que sí, cómo no lo va a hacer en el futuro.