Roma se prepara para el monumental encuentro juvenil católico del Año Santo

ROMA (AP) — Alrededor de medio millón de jóvenes llegaron a Roma la próxima semana para el evento más grande del Año Santo 2025: una celebración jubilar de una semana para jóvenes católicos que probó su tolerancia al calor y la capacidad de la Ciudad Eterna para proporcionar servicios públicos, seguridad y apoyo logístico durante su temporada turística más alta.

El miércoles, las autoridades dijeron que el punto culminante de la celebración fue la ceremonia de vigilia del 2 al 3 de agosto, una fiesta nocturna al aire libre y una misa presidida por el papa León XIV, en lo que será el primer encuentro masivo del primer papa estadounidense de la historia. Se llevó a cabo en el mismo campo polvoriento en las afueras de Roma donde San Juan Pablo II encabezó la Jornada Mundial de la Juventud de 2000, una reunión aún más grande, en la que participaron cerca de dos millones de jóvenes católicos en ese año jubilar milenario.

Se previó que, el próximo fin de semana, las temperaturas alcanzaran entre 32°C y 34°C (90°F y 93°F), y los organizadores prepararon 5 millones de botellas de agua, 2.660 estaciones de agua potable y 70 cañones de agua gigantes que normalmente se utilizan para el control de polvo durante demoliciones de edificios para rociar a los jóvenes peregrinos y tratar de mantenerlos frescos.

Tras asistir a una semana de eventos en el centro de Roma, comenzaron a llegar al campo de Tor Vergata el sábado por la tarde y pasarán la noche allí antes de la misa matutina del domingo, con un acceso de entrada y salida que requiere una caminata de al menos 5 kilómetros (poco más de 3 millas) desde el centro de transporte público más cercano.

Un enorme despliegue de seguridad y logística

El miércoles, los organizadores italianos y del Vaticano delinearon los planes para la reunión que, de acuerdo con las autoridades de Roma, representó el mayor despliegue tecnológico jamás visto en Italia.

Cuatro mil policías y bomberos fueron convocados para proporcionar seguridad, y varias agencias de aplicación de la ley de España, Francia y Polonia enviaron equipos para ayudar, dado el gran número de peregrinos que se esperaban de esos países. Las autoridades cerraron el espacio aéreo sobre el campo de Tor Vergata a aeronaves civiles y drones, y se instalaron 122 cámaras de vigilancia para monitorear los procedimientos.

“Se trató de un evento que, debido a su importancia, requirió medidas de seguridad excepcionales”, afirmó el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, en una conferencia de prensa en el Vaticano. “No hubo señales de atención negativa hacia el evento, pero la situación internacional, las diversas tensiones y la magnitud, significado y belleza del acto nos obligaron a ser muy cuidadosos”.

Aproximadamente el 68% de los jóvenes que se registraron para asistir provinieron de países europeos, aunque se esperó la llegada de peregrinos de 146 naciones, dijo el jefe del Jubileo del Vaticano, el arzobispo Rino Fisichella.

Un Jubileo que recuerda la Jornada Mundial de la Juventud

El Jubileo juvenil se produjo a la mitad del Año Santo 2025, una celebración del catolicismo que ocurre una vez cada cuarto de siglo y que atrajo a millones de peregrinos a Roma. Fisichella dijo que, en lo que va de 2025, asistieron 17 millones de peregrinos a eventos del Jubileo, más de la mitad de los 32 millones previstos.

El evento asumió muchas de las características de una Jornada Mundial de la Juventud, el encuentro juvenil católico que se lleva a cabo cada tres años, iniciado por Juan Pablo y que cada papa ha mantenido desde entonces. Las olas de calor y los invariables problemas de salud que las acompañan se convirtieron en una parte integral de las jornadas de la juventud, ya que siempre se programan durante el verano, cuando los jóvenes suelen estar de vacaciones.

Pero esta especie de Woodstock católicos también produjeron algunos de los momentos papales más memorables. Muchos fieles aún recuerdan cuando Juan Pablo les dijo a los jóvenes en Tor Vergata en 2000 que eran “centinelas de la mañana” en el amanecer del tercer milenio, al papa Benedicto XVI enfrentando una violenta tormenta en Madrid en 2011 para continuar orando, y al papa Francisco diciendo a los jóvenes en Lisboa en 2023 que todos —“todos, todos, todos”— son bienvenidos en la Iglesia Católica.

Voluntarios, baños portátiles y ambulancias listos

El Año Jubilar, precedido por dos años de intensos proyectos de construcción alrededor de Roma, añadió aún más presión a los servicios públicos de la ciudad, más allá de la temporada turística alta de todos los años. Para aliviar el congestionado centro de la ciudad, unas 20.000 personas fueron alojadas en los terrenos del antiguo centro de convenciones de Roma en las afueras de la ciudad, mientras que otras 40.000 recibieron alojamiento en algunas de las más de 429 escuelas y 360 parroquias alrededor de Roma que se ofrecieron a recibirlos.

Además de las fuerzas del orden, 3.000 voluntarios de protección civil, 500 voluntarios del Vaticano y 4.300 “guardianes” del Jubileo estuvieron disponibles para guiar a los jóvenes. Un helicóptero de evacuación médica, 43 ambulancias y 10 puestos de salud móviles estuvieron en el campo de Tor Vergata en caso de que los peregrinos se enfermaran. El notoriamente insuficiente sistema de transporte público de Roma fue reforzado para dar servicio casi las 24 horas y los trabajadores de saneamiento trabajaron horas extras, con un total de 4.600 turnos.

Hubo 2.760 baños portátiles, además de 158 para personas con discapacidad, distribuidos en el espacio del evento de 52 hectáreas (128 acres), dijeron las autoridades.

“Este esfuerzo colectivo fue una gran prueba institucional”, reconoció la vicepresidenta de la región de Lazio, Roberta Angelilli.

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