La emprendedora que transformó su cambio de vida en una marca nacional
Stefi Domínguez creó Ke Producto, una marca de alimentos saludables que, nacida en pandemia, se expande rápidamente en Argentina. Su historia refleja resiliencia y autenticidad en el mundo del emprendimiento.
18/12/2025 | 17:07Redacción Cadena 3
FOTO: La emprendedora que transformó su cambio de vida en una marca federal
-
Audio. La emprendedora que transformó su cambio de vida en una marca nacional
La Argentina Posible
Sin plan de negocios, pero con intuición, redes sociales y una fuerte convicción personal, Stefi Domínguez creó Ke Producto, una marca de alimentos saludables que nació en pandemia, hoy abastece a más de 100 dietéticas en todo el país y se expandió a una cadena de cafeterías en Buenos Aires.
Lo que comenzó como una necesidad personal terminó convirtiéndose en un emprendimiento que genera más de 30 puestos de trabajo y proyecta su expansión internacional. Stefi Domínguez no pensó en mercados ni en estrategias cuando empezó: buscaba comer mejor y no encontraba productos que la representaran. Ese vacío fue el punto de partida de Ke Producto, una marca que hoy combina alimentos keto, low carb, vegetarianos y sin gluten, con una identidad propia y una comunidad fiel.
El quiebre llegó en 2018, cuando atravesó una crisis personal que la llevó a cambiar radicalmente su alimentación y su estilo de vida. “Pasé de los excesos a investigar qué comía y por qué”, relató en La Argentina Posible. Estudió, experimentó y probó distintos caminos —veganismo, vegetarianismo, dieta carnívora, keto— hasta encontrar un equilibrio. Esa búsqueda personal se tradujo en recetas que primero fueron para ella y luego despertaron interés en su entorno laboral.
/Inicio Código Embebido/
Trabajo en comunidad. Cómo un taller textil transformó la vida de las mujeres de Esmeralda
Noelia Forzani, integrante de una familia ligada a la agroindustria, convirtió una necesidad urgente en una iniciativa productiva que hoy abastece a empresas de todo el país.
/Fin Código Embebido/
Abogada de formación y con 13 años de trabajo en tribunales, Domínguez nunca había emprendido. La granola que preparaba para consumo propio empezó a circular entre compañeros, hasta que una pregunta la obligó a dar el salto: ¿cómo se le pone precio a algo hecho en casa? Con el asesoramiento de su padre —gastronómico de Puerto Madryn— comenzó a vender, sin imaginar que la demanda crecería más rápido que su capacidad de respuesta.
La pandemia aceleró todo. Produjo en su departamento, luego en cocinas prestadas y más tarde en pequeñas plantas improvisadas. Cada paso fue empujado por la necesidad, no por un plan previo. “Fue a los ponchazos”, reconoció. Sin embargo, esa lógica artesanal y honesta encontró eco en un público que buscaba opciones más saludables y marcas con rostro humano.
Hoy Ke Producto tiene una planta de producción, llega a dietéticas de todo el país y desarrolló tres cafeterías en la Ciudad de Buenos Aires —Palermo y Recoleta—, combinando elaboración propia con atención al público. El crecimiento, sin embargo, también trajo desafíos: delegar, profesionalizar procesos y asumir que no todo puede pasar por la figura del dueño.
Las redes sociales jugaron un rol clave. Domínguez eligió mostrarse sin filtros: los logros y las caídas, la disciplina y los tropiezos. “No me interesa posar de súper mujer, sino mostrar que a veces la embarrás, pero volvés”, explicó. Esa autenticidad se transformó en valor de marca y en un diferencial frente a la competencia.
El portafolio de productos también nació de la experimentación. Desde granolas y snacks hasta creaciones con nombres provocadores y un producto estrella —Lo hizo Dios— que resume su filosofía: comer rico, sin culpas y con ingredientes cuidados. Cada innovación responde a una inquietud personal que luego se convierte en oportunidad comercial.
De cara al futuro, el foco está puesto en ordenar y hacer eficiente lo construido. Recién ahora aparece un business plan, un organigrama y una mirada más estratégica. A mediano plazo, Domínguez evalúa dar un salto mayor: llevar la marca a Estados Unidos, con una planta de producción y un café con cocina a la vista en Miami. “Ahí no se puede improvisar”, admite.
La historia de Stefi Domínguez condensa varios rasgos del emprendedurismo argentino: resiliencia, creatividad y crecimiento pese a la incertidumbre. Sin recetas mágicas ni caminos lineales, su recorrido confirma que muchas veces las empresas nacen de una necesidad íntima y se consolidan cuando logran conectar con otros. Una muestra concreta de que, aun en contextos difíciles, la Argentina Posible sigue encontrando protagonistas.
Entrevista de Facundo Sonatti
