¿Emergente de una nueva Argentina o catalizador de bronca?

Por Julio Perotti

Javier Milei celebra de manera casi desaforada. Acaba de darse cuenta que es, en definitiva, el hombre más votado de la Argentina

Aunque falta una elección general, puede soñar con ser el Presidente a partir del 10 de diciembre.

Ahora bien, ¿representa este resultado su consagración definitiva o personaliza el toque de alerta hacia una clase política tradicional que, a la hora de gobernar, fracasaron una y otra vez?

Cualquier fuere la respuesta, parece difícil que lo que falta de acá al 22 de octubre, día de las elecciones generales, puedan trocarse las frustraciones que sufren miles de argentinos en éxitos de una dirigencia fallida.

Desde que ingresó en la política, Milei se preocupó en mostrarse distinto y romper paradigmas, a fuerza de gritos y consignas contra “la casta”.

¿De dónde viene Milei, cómo se hizo conocido? Su estilo provocador lo convirtió en invitado especial de todos los programas políticos y económicos de la televisión argentina.

Era atractivo: sus modos, su lenguaje y hasta su peinado llamaban la atención. Ni qué hablar cuando contaba que vive con cinco perros mastín inglés, de unos cien kilos cada uno, a los que llama sus hijos de cuatro patas.

Los llama como los economistas que admira: Milton por Friedman, Murray por Rothbard), Robert y Lucas (por el Mobel estadounidense Robert Lucas

Fue un candidato presidencial adelantado: lanzó en 2020 su candidatura y en 2021 La Libertad Avanza, su partido, consiguió dos bancas en Diputados. Una la ocupa él, la otra su actual precandidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel.

“No vine a guiar corderos, vine a despertar leones”, se jacta mientras recorre los escenarios y grita sus consignas.

Algunas de sus ideas son controversiales. Pero parece difícil que la bronca con la que muchos canalizaron sus votos hacia él, se hayan fijado en una plataforma.

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