El "supercepo burocrático" solo dejó pasar el 12% de las importaciones

Guillermo López

Caso 1. De los autos que se fabrican en Argentina, el más exportado es el Cronos de FCA. Por no contar con piezas para su producción, esta semana la terminal debió suspender dos turnos la actividad en su planta de Córdoba.

Caso 2. Una pyme tecnológica de servicios petroleros espera la habilitación para importar insumos por 9.000 dólares. Su dueño decidió no tomar a dos nuevos ingenieros para ampliar su producción al tiempo que "se come" stock de capital porque está en una industria “que vuela como nunca”, cuenta.

Caso 3. Un metalúrgico con una empresa de cinco empleados tiene un contenedor que pagó hace meses frenado en la aduana. Lo agarró el nuevo protocolo de importaciones y ya sabe que ese negocio no tendrá rentabilidad por los costos financieros que tuvo que asumir.

No es solo freno a la expansión. Es, al mismo tiempo, un achicamiento de la frontera productiva.

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Solo 12% desde el arranque del SIRA

El Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA), que reemplazó al Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) arrancó el 17 de octubre. Desde entonces, solo se autorizaron el 12,2% de los pedidos de importación.

El 51,7% fueron observadas, el 5,2% anuladas por el importador, 28,1% oficializadas aún sin analizar y 2,8% canceladas.

El faltante de insumos importados para cuidar los dólares impacta cada vez más en el aparato productivo.

El nuevo régimen no contempla que las empresas puedan pagar anticipadamente a sus proveedores y sólo deja que lo hagan con dólares propios o que puedan adquirir de manera lícita, que tengan declarados, valuados a más de 300 pesos (CCL, MEP).

El freno brutal al ingreso a insumos desde el exterior quedó en evidencia esta semana cuando la Cámara Argentina de Comercio, la cámara que nuclea a la industria de fertilizantes y agroquímicos, la de laboratorios farmacéuticos, entre otros.

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"Default comercial"

"Para mí está bien claro: el objetivo del SIRA es frenar las importaciones, pero lo está haciendo de una manera inequitativa y que habilita a la discrecionalidad porque le dan bola al que grita", explicó un gerente que admite estar dentro del grupo de los gritones. La misma fuente asegura que en Argentina hay un default comercial.

Hasta ahora le dieron a todos 180 días de plazo, imposible para que la gran mayoría se financie. Algunos insumos básicos habilitan a 90 días pero siempre que pase el visto bueno de Aduana, Afip, Banco Central y otras reparticiones estatales.

Ese fue, precisamente, el caso de un proveedor de una automotriz que debió suspender su actividad en las últimas semanas porque no le envió la pintura para las piezas a tiempo.

La pyme tenía todo en regla –AFIP, Central, Aduana- pero un químico que se importa para fabricar la pintura debía pasar por la auditoría del Sedronar porque también se puede usar como precursor químico. Ese control demoró, la pintura no llegó y la terminal suspendió.

“La multiplicidad de bases de datos demora todo. Es como un supercepo burocrático y todo se decide día a día”, resumió un experto en comercio exterior.

Un dato revela la crítica situación que se vive con los insumos industriales importados: el director industrial de una de las principales automotrices del país, con planta en territorio bonaerense, realiza tres reportes al día. No sabe si hay piezas para el siguiente turno. En condiciones normales el reporte es mensual.

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