Ucrania utiliza drones de bajo costo en devastadora operación contra Rusia

Los objetivos designados en la operación eran aviones de guerra rusos —incluidos bombarderos estratégicos y aeronaves de mando y control—, que representaban un valor significativo, alcanzando cientos de millones de dólares. Ucrania utilizó drones de bajo costo, cada uno por menos de 1.000 dólares, que fueron lanzados desde contenedores de madera a bordo de camiones. 

Este ataque, denominado “Operación Telaraña”, resultó en la destrucción o daños a más de 40 aeronaves en diversas bases aéreas rusas, convirtiéndose en un duro golpe para la imagen del Kremlin y subrayando la necesidad de que Occidente refuerce sus sistemas de defensa aérea contra este tipo de guerra híbrida con drones, según expertos militares. 

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Ucrania evidenció el avance tecnológico en drones de bajo costo en la última década, ganando confianza en un conflicto que ya se extiende por tres años y que había mostrado un giro favorable para Moscú.

Impacto incierto en las operaciones rusas

Aún es incierta la magnitud del golpe que este ataque representó para las operaciones militares rusas. Aunque desde Kiev se estimó un daño de 7.000 millones de dólares, el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso cuestionó esta cifra y no se han llevado a cabo evaluaciones independientes. Rusia mantiene aún una cantidad significativa de aeronaves para continuar sus ataques a Ucrania.

No obstante, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy destacó que esta operación ilustra “cómo es realmente la guerra moderna y la importancia de mantenerse a la vanguardia tecnológica”. 

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Vulnerabilidades en el panorama occidental

Para los gobiernos de Occidente, este suceso fue una alerta respecto a que “el espectro de las amenazas que deberán considerar se amplía continuamente”, manifestó Douglas Barrie, investigador principal de la industria aeroespacial militar en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS). Durante la última década, los países europeos han denunciado que Rusia lleva a cabo una campaña de sabotaje en su contra, con objetivos que incluyen ejecutivos de la defensa y compañías logísticas. Se reportó la presencia de drones no identificados merodeando bases militares en EE. UU., Reino Unido y Alemania, así como fábricas de armamento en Noruega.

Las tecnologías de alto valor en esos lugares se consideran “objetivos atractivos tanto para actores estatales como no estatales”, según la experta de RAND Corporation en guerra con drones, Caitlin Lee. “Es momento de invertir en defensas antidrones”, añadió. Las medidas de bajo costo para proteger aeronaves incluyen: el uso de refugios reforzados, dispersión de objetivos en diferentes bases, camuflaje e incluso la creación de señuelos.

Creatividad en las tácticas ucranianas

En la “Operación Telaraña”, Ucrania introdujo de contrabando drones con vista en primera persona (FPV) a Rusia, donde fueron almacenados en contenedores de madera y luego trasladados en camiones hacia los aeródromos en zonas como Irkutsk, Múrmansk y Amur, así como a localidades en el oeste de Rusia. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) mencionó que estos drones contaban con capacidades automatizadas y eran operados parcialmente por un humano y en parte por inteligencia artificial para seguir rutas predeterminadas en el caso de perder señal. Esta tecnología de IA probablemente no estaba disponible en Ucrania hace cinco años.

Un video del SBU ilustró drones volando sobre y alrededor de aeronaves rusas, algunas protegidas por neumáticos. Los especialistas indicaron que estos neumáticos podrían haber sido utilizados para confundir sistemas de reconocimiento al alterar la silueta del avión.

“La creatividad del enfoque ucraniano fue sorprendente y claramente sorprendió a los rusos”, añadió Barrie. Las imágenes satelitales revisadas por la Associated Press mostraron siete bombarderos destruidos en la pista de la Base Aérea de Belaya, clave para la fuerza de bombarderos de Rusia. Al menos tres bombarderos Tu-95 y cuatro Tu-22M fueron destruidos en esta acción.

A lo largo de la invasión a gran escala de Rusia en 2022, el ejército ucraniano, pese a su desventaja en armamento y número, ha demostrado enfoques innovadores en combate, incluyendo el uso de señuelos de madera de los sistemas de defensa aérea HIMARS y la creación de unidades antidrones montadas en camionetas pick-up.

Consecuencias del ataque en las operaciones rusas

Los bombarderos Tu-95 atacados son irreemplazables ya que ya no se producen, indicó Hinz del IISS. Adicionalmente, Ucrania reportó daños a un avión A-50 de alerta anticipada, similar a los modelos AWACS occidentales. Rusia posee aún pocos de estos aviones.

“Desde cualquier ángulo, este ataque implica un costo significativo para Rusia”, afirmó Thomas Withington del Royal United Services Institute. “Los miles de millones comienzan a acumularse”.

Rusia enfrentará el costo de reparar los aviones dañados, mejorando la protección de los que quedan y ajustando su capacidad operativa para contrarrestar esta clase de ataques. Expertos sugieren que este evento podría apurar el reemplazo del Tu-95 en el arsenal de Rusia.

A pesar de que este ataque revela vulnerabilidades rusas, aún no está claro si esto resultará en una disminución de sus bombarderos sobre Ucrania. La estrategia rusa ha estado centrada en saturar las defensas aéreas ucranianas con drones, lanzando más de 300 en diversas noches el mes anterior.

“Incluso si Ucrania pudo causar lesiones significativas a la flota de bombarderos, no es evidente que esto cambie la dinámica de la guerra en este momento”, concluyó Lee.

La operación del domingo podría limitar la capacidad de Rusia para realizar ataques estratégicos, pero es probable que encuentre formas de adaptarse y continuar. 

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