Bienvenido, presidente Milei

Julio Perotti

Javier Milei asume este domingo la Presidencia de Argentina.

No es sólo un acto formal en un país normal

Para nada formal y para nada normal porque estamos en una crisis profunda que parece no tocar fondo nunca.

Eso explica en muy buena medida la llegada de Milei, que enfrenta ahora el desafío de cumplir las promesas electorales.

No tiene margen para defraudar porque su llegada al poder define un nuevo ciclo político en Argentina.

Milei se convertirá este domingo en el primer presidente electo que no pertenece a la clase política tradicional, y su discurso antisistema y populista fue lo que justamente conmovió a un amplio sector de los argentinos.

Porque antes que nada, Milei representa a un sector de la sociedad que canalizó a través de él su cansancio hacia una clase política tradicional que se mostró por años incapaz de resolver los problemas estructurales del país.

Votantes a los que, incluso, no pareció importarles cuán duras eran las medidas que anticipaba Milei.

Fueron con él, le ofrecieron el 55,7 por ciento de los votos en el balotaje del 19 de noviembre y lo llevaron hasta la Casa Rosada.

Todas estas razones hacen que la llegada de Milei al poder sea un hecho inédito en la historia argentina.

Cómo llegó

Milei se convirtió en un fenómeno político en 2020, cuando comenzó a dar charlas y entrevistas en las que criticaba duramente al gobierno de Alberto Fernández y a la clase política en general.

Su discurso, que combinaba elementos de liberalismo económico, populismo y anti-establishment, rápidamente resonó entre los sectores descontentos con la situación del país.

En las elecciones primarias de agosto de 2023, Milei sorprendió al obtener el 17,4 por ciento de los votos, lo que lo convirtió en el segundo candidato más votado.

Este resultado lo catapultó como favorito para las elecciones generales, y finalmente cumplió con las expectativas.

Un futuro complejo

Decíamos que Milei llega a la presidencia con un gran desafío: cumplir sus promesas electorales.

El candidato libertario anticipó una serie de medidas radicales, como la dolarización, la eliminación del Banco Central, privatizaciones, y la reducción del gasto público.

La implementación de estas decisiones será compleja y enfrentará una fuerte resistencia de los sectores que se benefician del statu quo.

Milei también tendrá que lidiar con la división en su propio partido, ya que algunos de sus miembros consideran que sus propuestas son demasiado radicales y otros se sienten desplazados por los lugares que el libertario le ofreció a otras fuerzas..

El éxito de Milei dependerá también de su habilidad para gobernar un país dividido.

Si logra hacerlo, su presidencia podría marcar un punto de inflexión en la historia argentina.

Hoy nos preguntamos si todas las idas y vueltas en la formación del gobierno son producto de una cintura política desconocida o sólo refleja una necesidad producto de su soledad.

Porque la La Libertad Avanza sigue siendo una fuerza inorgánica, formada por personalidades unidas por un ideario, pero sin una estructuración política como la que estamos habituados a ver en los partidos tradicionales.

Por eso, los seguidores de Milei que estuvieron cerca de él y quedaron afuera deberían saber que el nuevo presidente Milei no llegó por ellos sino que ellos llegaron por él.

En resumen, Milei asume la presidencia en un momento crucial, enfrentando retos monumentales en medio de una crisis profunda.

La esperanza de cambio se encuentra en sus manos, y todos nos preguntamos si podrá convertirse en el líder que Argentina necesita en este nuevo ciclo político.

Por lo pronto, bienvenido.