El kirchnerismo no quiere aceptar que tiene nuevos límites

Sergio Suppo

La situación en la Corte viene a recordarnos algunos límites nuevos o ahora en realidad más visibles, que tiene el peronismo en el Gobierno. La renuncia de Highton de Nolasco pone al Gobierno en la necesidad de nombrar a su reemplazante para nombrar a su reemplazante, como también para nombrar al nuevo jefe de los fiscales, el Procurador General, se requiere el consenso necesario de los dos tercios del Senado. ¿Qué quiere decir esto? Que se necesita un acuerdo con la oposición; que no puede resultar de una imposición del Gobierno.

El nombramiento de los miembros de la Corte nunca fue en realidad una imposición, porque la Constitución Nacional establece la obligación a toda la clase política de ponerse de acuerdo para que no pongan partidarios fanáticos de un sector político en detrimento de otro, algo que siempre se temió si el kirchnerismo lograba una hegemonía suficiente en el Senado de la Nación.

Esa hegemonía claramente se ha frenado, no sólo por las últimas elecciones, sino simplemente porque se ha morigerado bastante la distribución de bancas en el Senado.

De manera que lo que viene ahora en el Senado de la Nación es la necesidad de un acuerdo para nombrar a la nueva miembro de la Corte y también para nombrar al Procurador General. O una larga espera, porque este Gobierno propuso hace dos años al nuevo jefe de los fiscales y no hay acuerdo.

El tema del acuerdo y del consenso político es el motivo de este comentario, por eso arranqué por el lado de la Corte, pero puedo continuar con un par de datos más que están exponiendo las dificultades que el Gobierno tiene frente a la nueva realidad del límite que le marcó las PASO. Esto desnudó al Gobierno en su intención de imponer las cosas.

Ayer, hubo un ejemplo muy claro en la Cámara de Diputados. Es de uso y costumbre que se consensúen las sesiones en las cámaras legislativas de la Argentina y de todo el mundo. Si no hay acuerdo y no hay quorum impuesto por el número de la mayoría, es necesario acordar con la oposición acerca de qué se va a tratar la sesión. Como no hubo acuerdo ayer, Máximo Kirchner quedó expuesto en el error de tratar de imponer (la Ley de Etiquetado frontal como único tema) cuando no tiene condiciones políticas actuales para imponer, como habitualmente había hecho el kirchnerismo.

La Ley de Etiquetado frontal se va a votar muy próximamente porque hay acuerdo mayoritario de los dos sectores principales de Congreso, oposición y oficialismo para que esa ley salga. Pero sobre lo que no había acuerdo era sobre el temario definitivo que se tenía que tratar en esa sesión además de la Ley de Etiquetado.

Además, hay otro detalle que no es menor y que tiene una influencia fuerte en la opinión pública en un tema muy sensible, el tema de las vacunas. El jefe de Gabinete, Juan Manzur, se apresuró a hacerle anunciar a la ministra de Salud la vacunación a chicos de tres a once años con la vacuna Sinopharm. Inmediatamente la Sociedad Argentina de Pediatría, dijo: “Esperen un momento, que nosotros no hemos visto los documentos todavía. Queremos ver los documentos para informar a nuestros asociados en todo el país que efectivamente tienen que recomendarle a la mamá que vacunen a sus chicos”. Bueno, eso motivó una duda generó una duda, una nueva absolutamente innecesaria, que se zanjó una vez que la Sociedad de Pediatría (SAP) recibió los documentos que le debieran haber mandado antes.

Se trata de una cuestión bastante sensible. Hay gente que duda sobre las vacunas. Nosotros desde acá hemos insistido mucho en la necesidad de vacunarse, pero tiene que ser con las garantías científicas suficientes. No con el apresuramiento que tiene el jefe de Gabinete, que está apurado por hacer todo y rápido. Bueno en ese apresuramiento, cometió el error de no de darle curso al pedido de la SAP, que finalmente leyó los documentos y vio las comprobaciones científicas de que se puede vacunar los chicos.

La duda surgió porque no habían visto los papeles antes del anuncio del gobierno. Termino con dos cuestiones más que hacen a la nueva situación del Gobierno.

Una es la necesidad imperiosa de seguir agregando cepos a la economía, porque después del 14 de noviembre viene una agenda económica muy complicada, especialmente desde el punto de vista financiero por la cantidad de reservas que tiene el Banco Central por los gastos en dólares. Sigue ausente una política económica seria, que es el motivo por el que la gente le votó al Gobierno en contra reclamándole una política económica seria, o por lo menos una política económica.

Hay, por último, otro problema concomitante con este, que es una falta de reflejos significativa desde el punto de vista político. El Gobierno cambió su gabinete porque se supone que así iba a cobrar volumen político. Eso es lo que vendieron los propagandistas del poder. Bueno, el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, acaba de meter groseramente la pata con el tema de los levantamientos mapuches en el sur del país están repitiendo el error que cometieron en diciembre de 2013 con la provincia de Córdoba.

Esa marca indeleble que dejó el hecho de que el Gobierno nacional en ese momento le negó ayuda a la ciudad de Córdoba, que estaba siendo saqueada en medio de una huelga policial. Es una huella indeleble que los cordobeses mantienen. Me pregunto si dejar indefensos a los vecinos pacíficos de Neuquén, Río, Negro y Chubut no tendrá también un elevadísimo costo político, además de material y humano, que ya están sufriendo los propios ciudadanos de esa zona del país.