Ricardo Tapia y Los Búfalos Sedientos celebraron el blues en Córdoba

En una vibrante edición de La Casita del Blues, transmitida por Cosquín Rock Radio desde el Mercadito Alberdi en Córdoba, Ricardo Tapia, líder de La Mississippi, y Los Búfalos Sedientos compartieron anécdotas y música en vivo que celebraron las raíces del blues, el rock sureño y el country. 

Ricardo Tapia abrió la entrevista relatando cómo su padre moldeó su amor por la música: “Le debo el amor a la música a mi viejo, era un maniático de la música y los libros. En casa había de todo: jazz, tango, orquesta, un disco de B.B. King donde solo cantaba, Ray Charles… lo que más le gustaba a mi viejo era Ray Charles.” 

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A los 10 años, Tapia ya era fan de los Beatles, pero su inmersión en el blues llegó durante el servicio militar, guiado por un amigo guitarrista, Eduardo Capela: “En la colimba conocí a Eduardo, un gran guitarrista, y él me enseñó qué discos comprar. Me decía ‘conseguite esto, grabate aquello’.” 

En la mítica Galería Tauro de Buenos Aires, Tapia comenzó a construir su colección: “Carlitos, de la Galería Tauro, nos grababa cassettes con discos originales de blues. No te los vendía, pero por una plata te grababa Lightning Hopkins, Elmore James, y así me hice una colección.”

La Mississippi nació de la unión con Gustavo Gino, amigo desde la adolescencia en Florencio Varela: “Con Gustavo teníamos proyectos que eran un desastre, pero un día un amigo en común dijo ‘che, vamos a hacer algo de blues tradicional para divertirnos’. Encontramos una química totalmente diferente.” 

Sobre el nombre de la banda, Tapia explicó: “En un ensayo alguien dijo ‘ponele La Mississippi Blues Band’, y quedó. Pero en el segundo disco sacamos el ‘Blues’ porque en una disquería no encontrábamos nuestro disco de oro, estaba en la sección de jazz. Dije ‘el Blues Band hace pensar que tocamos banjo o algo así’.” La banda, sin manager, funciona como una cooperativa: “Somos una cooperativa de laburo, cada uno hace una cosa. Nunca tuvimos manager, nos manejamos nosotros.”

Tapia también compartió su fascinación por las afinaciones abiertas, esenciales en su estilo: “Las afinaciones abiertas eran un misterio para mí, pero se volvieron parte de mi vida. Toco casi todo con afinación abierta.” Mostró su guitarra personalizada, tallada a mano para la tapa del disco Inoxidables: “La tallé con un buril, puse los nombres de los temas atrás. Es parte de la familia.” 

En un momento emotivo, interpretó una milonga inspirada en “Cita Rosa” y un blues improvisado, destacando su conexión con las raíces africanas: “La milonga es igual a la música africana, tiene mucho de eso.” La noche continuó con Los Búfalos Sedientos, nacidos en 1997 en una pizzería de Córdoba. Daniel Romero, líder de la banda, recordó: “Nos reunimos el 14 de julio del ’97 en un bar en la calle Buenos Aires. Veníamos de una banda anterior, Los Viejos Chacales, y citamos a Hugo Oliver y Fabio Vasile para formar Los Búfalos.” 

El nombre, según Romero, surgió de una remera que parodiaba a Metallica: “Era una remera que decía ‘Alcohólica’ con la tipografía de Metallica, y de ahí quedó. Nos dicen ‘Alco’, pero no tiene que ver con el alcohol.” Con influencias de Lynyrd Skynyrd y los Allman Brothers, Romero explicó: “Queríamos parecernos aunque sea en 10 notas a esas bandas. Nos encantaban, aunque físicamente estamos lejos.” Con seis discos, el último de 2022, Los Búfalos mantienen su energía inicial. Romero describió su proceso creativo: “Generalmente traigo el hueso del tema, y con mis dos herramientas tremendas, Sebastián González y Adolfo Bustos, lo terminamos.” 

González, bajista desde 2003, saludó al público: “Gracias por estar acá, es un honor que nos inviten. Venimos a dar todo.” Bustos, baterista desde hace 11 años, agregó: “Seguimos tocando como si empezáramos ayer, disfrutando cada show.”

La noche culminó con una zapada que unió a Tapia, Los Búfalos, José Romero y Fernando Ormeño, interpretando “Tennessee Whiskey” y “Historias de Vaqueros”. 

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