Consumo en crisis: la peor caída desde la pandemia

Federico Albarenque

El consumo en crisis. La situación es alarmante y se trata de la peor caída desde la pandemia. Este fenómeno no es ajeno a nuestra realidad cotidiana; cada uno de nosotros puede notar cómo ha disminuido el consumo en nuestros hogares.

Según el indicador de consumo de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, el poder de compra ha caído un 21% en promedio en este semestre. Esto se traduce en que, en términos generales, de lo que comprábamos hace un año, ahora adquirimos un 20% menos. 

La comparación se hace con un período en el que, tras la pandemia, el consumo había alcanzado niveles muy altos. Ahora, al comparar el primer semestre de este año con el del año anterior, los números son desalentadores. Las proyecciones para julio y agosto tampoco son esperanzadoras; se anticipa que la situación podría asemejarse a los momentos más críticos de la pandemia.

Es importante destacar que esta caída en el consumo abarca todos los rubros. En junio, todos los sectores relevados mostraron una disminución en comparación con el mismo mes del año anterior. Por ejemplo, indumentaria y calzado cayeron un 26%, mientras que el sector de recreación y cultura sufrió una disminución del 33,7%. En este último caso, uno de cada tres cordobeses ha reducido sus actividades recreativas.

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El sector del transporte y vehículos también ha sido golpeado, con una caída del 12,4% en el patentamiento de autos, que se redujo en un 24% interanual. Por su parte, los servicios vinculados a vivienda y alquileres cayeron un 5,7%, mientras que los servicios personales, financieros, educación y salud se contrajeron un 5%. En este contexto, es evidente que los consumidores priorizan sus gastos, y lo esencial sigue siendo lo más demandado.

En cuanto a las expectativas del gobierno, el ministro Caputo ha propuesto un programa de inflación cero para fin de año, pero con un consumo en caída, resulta incierto cómo se logrará este objetivo. La competencia entre supermercados y comercios se ha intensificado, ofreciendo descuentos significativos para atraer clientes. Esto ha llevado a que muchos consumidores se dediquen a buscar promociones.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas conductas pueden alterar la forma en que se mide el consumo. Las cámaras de comercio, al preguntar a sus socios cuánto vendieron, pueden reportar cifras que no reflejan la realidad completa. Las promociones y descuentos que no se registran en la inflación pueden hacer que la caída en las ventas sea menos drástica de lo que parece.

En resumen, el panorama del consumo es preocupante, y cada uno está sintiendo el impacto en su día a día. Las estrategias para ahorrar se han vuelto cruciales, pero también debemos ser conscientes de cómo estos cambios en nuestras pautas de consumo afectan las mediciones económicas. 

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