Maltrató a una empleada, pidió perdón y no fue preso
El supervisor Federico Jesús Rossini fue condenado a tres años de prisión en suspenso. La víctima sufrió problemas de salud por el hostigamiento laboral.
09/06/2022 | 06:30Redacción Cadena 3
En un juicio abrevivado, la Cámara Cuarta del Crimen de Córdoba impuso tres años de prisión en suspenso a Federico Jesús Rossini, supervisor denunciado por Alicia del Rosario Moyano por acoso laboral.
La mujer padeció problemas de salud a causa del hostigamiento.
El supervisor de la firma “Impressos SRL” fue encontrado responsable de "lesiones gravísimas calificadas por placer en contexto de acoso laboral (mobbing) y violencia de género".
Las agresiones datan de 2008, cuando la mujer era telemarketer y el condenado, supervisor.
En la causa se describe el maltrato sufrido por la mujer durante meses.
"No servís para nada", "¿Le contaste a tu esposo que te hice llorar?" eran algunas de las frases que Rossini le decía a Moyano.
Se estableció que el mobbing fue practicado "con el propósito de que la mujer renunciara a la empresa, a sabiendas del significado pernicioso del acoso y con intención de causar un daño en la salud física y/o psíquica de Moyano".
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También se sostiene en el expediente que el condenado actuó "abusando de su superioridad jerárquica y mediante un trato grosero, agresivo, manipulador, vejatorio y humillante, basado en el terror y la persecución laboral".
A causa del hostigamiento, se constató que la mujer sufrió "náuseas, falta de aire, ataques de pánico y afecciones gastrointestinales".
Se determinó también que a Rossini le producía "sentimientos de placer, alivio, disfrute y regocijo ante las consecuencias deletéreas para su subordinada en el ámbito laboral".
Moyano padeció "trastorno por ansiedad con crisis de pánico secundario, estrés agudo producido por mobbing laboral que a nivel físico repercutió en una 'gastropatía antral leve', (lesiones) por las que se le indicó licencia médica psiquiátrica a partir del 14 de agosto” de ese año.
Si bien Rossini no irá preso debe hacer terapia psicológica destinada a la erradicación de la violencia de género, además de un curso de violencia laboral con perspectiva de género.
