La excárcel de mujeres que es una ciudad universitaria modelo en Medellín

Ramiro Porchietti

En 2010, la ex Cárcel de Mujeres el Buen Pastor, emplazada a metros de la Comuna 13, fue cerrada y trasladada tras más de cien años de funcionamiento. Poco más de diez años más tarde, un edificio modelo permite que allí estudien más de 3000 jóvenes universitarios pertenecientes a tres universidades públicas de Medellín, además de funcionar en colaboración con empresas tecnológicas internacionales y proyectar convenios con otras instituciones de nivel educativo superior.

La Ciudadela para la Cuarta Revolución Industrial y la Transformación del Aprendizaje (C4TA) es hoy mucho más que un edificio para la ciudad colombiana. En un principio, el proyecto estaba destinado a una biblioteca, pero con el correr del tiempo la Alcaldía notó que ante la gran cantidad de empresas tecnológicas que estaban haciendo base en Medellín, tenían la oportunidad de enfocar sus aulas y espacios en la ciencia y una visión de futuro.

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“Llevamos dos años de funcionamiento. Aquí ha venido gente de todo el mundo porque es único, es un proyecto piloto. Cuando abrimos este año, en febrero, ingresaron 6 mil alumnos y diariamente ingresan entre 800 y 1500”, explica Ciro Romero, administrador del espacio en una recorrida por las instalaciones, que tienen un área de 37.500 metros cuadrados, con 38 aulas, y está equipada con instrumentos tecnológicos para el aprendizaje.

“Esto era la Cárcel de Mujeres el Buen Pastor. Se hizo una implosión y se construyeron ocho edificios, de los cuales cinco tienen cinco pisos y el resto cuatro”, añade Romero en la recorrida. “Aquí convergen las universidades del municipio, teniendo sedes aquí y donde envían a sus docentes, dotando nosotros de la infraestructura”.

La encargada de la construcción es la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín, pieza clave en la transformación de estos espacios, con el aporte de la Empresa Pública de Medellín, que destina gran parte de sus dividendos a proyectos de todo tipo en la ciudad, como lo es este caso. Con una inversión de varios millones de dólares, tiene todavía espacio para llegar hasta los 8.000 estudiantes de manera simultánea en el lugar.

De esa vieja cárcel, que recibía a mujeres con condenas altas y que presentaba condiciones de hacinamiento, siendo sitio de suicidio de muchas reclusas a lo largo de su historia, solo queda un árbol. Está en medio del verde que llena el espacio principal de C4TA a modo de rememorar lo que allí había y lo que es hoy.

“La idea es que se le dé prioridad a los estratos más bajos, los que menos posibilidades tienen de estudiar. Nosotros le damos un porcentaje a los muchachos de los sectores bajos para la universidades no sólo públicas, sino privadas, girándole directamente el dinero a las universidades tras haber cumplido unos requisitos. Se les da también un sostenimiento para que puedan transportarse y alimentarse, eso sí dándoselo a ellos”, cuenta el coordinador de C4TA a Cadena 3.

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¿Cómo lo retribuyen los alumnos? “Realizan ochenta horas de trabajo social al terminar la carrera y se condona la deuda. Es un piloto que vale la pena copiar y creo que ya lo están desarrollando en Bogotá, y entiendo que también lo están mirando de otros países”, destaca.

Las empresas tecnológicas también hacen su parte aquí, realizando trabajos conjuntos. Huawei, la gigantesca multinacional china, ya tiene su espacio que apunta a inaugurar en junio, en tanto que también se realizan trabajos con vuelo de drones, se ofrecen espacios para conferencias y otras actividades en los sitios que ofrecen estos edificios.

En tanto, y en cuanto a la continuidad de proyectos que permitieron desarrollar esto tras años de trabajo, Romero resalta que “en Medellín, pese a los roces, las cosas se hacen”. “Este Alcalde, Daniel Quintero, le dio a su mandato educación. Ya se entregaron 150 mil computadoras a chicos que no habían tenido nunca uno”, añade. Por último, y ante la pregunta de cómo un municipio se involucra de tal manera en la educación, contrastando con las dinámicas de otros países, concluye: “Es que tiene que involucrarse. Un pueblo educado no tiene pobreza y se ha apostado todo a la educación”.