Plácido Domingo habría sido uno de los clientes de la secta de Villa Crespo

Tras los numerosos allanamientos y detenciones en torno al caso de la secta de Villa Crespo, que se ocultaba bajo la fachada de un estudio de yoga, trascendieron escuchas que involucran al cantante lírico Plácido Domingo, como uno de los clientes del lugar.

En los audios se puede escuchar cómo el cantante lírico pacta un encuentro con una mujer apodada "Mendy".

En los audios, Mendy habla con un tercero, a quien le comenta: “Plácido dijo que podía venir a visitarnos, es decir, que va a venir a visitarme. Porque él va a casa en New York y lo recordó ayer”.

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“Tendré que sacrificarme una vez más, tengo mucha vocación de servicio”, agrega la mujer tras pautar el lugar donde iba a consolidar el encuentro.

En otro audio, "Mendy" habla directamente con el tenor y arregla el encuentro. Plácido Domingo le da indicaciones de cómo van a llegar al lugar y le dice el número de cuarto en el que se debían encontrar.

“Cuando salgamos de la cena venimos separados, lo hacemos así porque mis agentes se van a subir a la habitación cuando yo suba y se van a quedar en el mismo piso”, se escucha decir al cantante.

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Al finalizar,  la mujer llama a Juan Percowicz líder de la secta y confirma que pudo pactar el encuentro con Plácido: "Ya me llamó (en referencia al artista) y armó la matufia para que me quede en el hotel sin que los agentes se den cuenta".

"Qué degenerada que sos", le dice Percowicz, a lo que la mujer responde: "Me parece que un poquito colaboraste con este producto. Está hecho mierda, Juan, me da pena, yo no le deseo ningún daño, pero es tan maravilloso vernos a nosotros brillando y volando por los cielos y él hecho mierda, nos contó todo lo que le hicieron. ¿Estás emocionado? Te quiero tanto".

En el marco de la investigación se conoció que la organización conseguía ingresos a través de tres medios: 

El primero por el sector de la salud, donde incluía internaciones por adicciones, suministros de psicofármacos y una clínica que prometía sanación.

El segundo a través del "ceremonial", donde requería el pago mensual de US$200 por parte de los “alumnos” para ser parte de la organización, que podía llegar hasta la suma de US$10.000, dependiendo el alumno. Además, a los alumnos se les expropiaban sus bienes y se los colocaba a disposición de la organización.

El tercer medio era la explotación sexual de algunas de sus "alumnas", un "geishado VIP" o "palomear" que consistía en enviarlas a encuentros sexuales con personas de elevado poder económico y así obtener grandes sumas de dinero para la organización.