La Editorial Planeta ofrece una "cita a ciegas" con un libro
Consiste en leer un libro con una tapa en blanco, sin imágenes, título o nombre del autor. Según la editorial, “se trata de un desafío para quienes acepten entregarse a una experiencia de lectura cruda”.
09/11/2021 | 06:30Redacción Cadena 3
La Editorial Planeta invita a tener una "cita a ciegas" con un libro. La propuesta consiste en comprar un libro con una tapa en blanco, sin imágenes, título o nombre del autor.
El misterioso libro, publicado por Seix Barral, fue distribuido junto a un texto que cuenta que “se trata de un desafío para quienes acepten entregarse a una experiencia de lectura cruda, no mediada por ninguna información previa”.
“En un mundo regido por algoritmos que nos conducen a lo que se supone que deseamos a partir de datos sobre nuestras preferencias, los invitamos a una cita a ciegas. Este libro sin autor ni título, sin imagen de tapa ni texto de contratapa, del cual solo diremos que es una novela, establece con sus lectores un pacto de confianza que encierra una incógnita a develar”, indica la editorial.
"La clave está en la propia historia narrada en la novela y cada uno podrá descubrirla por sí mismo", añade.
La propuesta, entonces, es lanzarse a la aventura de leer una novela “por el solo hecho de disfrutar de algo acerca de lo cual no conocemos nada de antemano”.
La clave está en la propia historia narrada en la novela y cada uno podrá descubrirla por sí mismo
Solo aclaran que se trata de una novela, que establece con sus lectores un pacto de confianza y que encierra una incógnita a develar. La clave está en descubrir la novela por sí mismo.
La costumbre de que cada serie tenga su teaser, cada muestra de arte su catálogo comentado y cada libro su argumento resumido en la contratapa choca de frente contra este libro, el primero con el que los lectores van a encontrarse verdaderamente a solas.
/Inicio Código Embebido/
/Fin Código Embebido/
Estos son los primeros párrafos:
“Ladró Jobs. El silencio compacto de la tarde se abrió en dos paños tejidos con los hilos de la intrascendencia que estaba transcurriendo, y volvió a cerrarse ocultando momentáneamente el drama. Cuánto duró ese suspenso no puede reducirse a una medida. Fue una eternidad expresada en términos de instante, en la que una fuerza que pertenecía a la cadena causal de los hechos inmediatos y otra más opaca, la de la narrativa del destino, se aliaron en un incidente”.
“Jobs volvió a ladrar, una situación para la que no hay reproches lógicos. El perro es una bestia que asume su existencia cuando ladra de nuevo. Volver a ladrar es lo suyo. Caso contrario, no hay perro. Le ladraba a un hombre cuyos gritos de soprano se filtraban por los agujeros de las cerraduras, las ventanas entornadas y las microfisuras estructurales de la casa más importante del barrio”.