El juicio por la muerte de cinco bebés en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba sigue este martes en la Cámara Séptima del Crimen, con la declaración de Vanessa Cáceres y Raúl Calderón, padres de Francisco, quien falleció el 18 de marzo de 2022. Este caso se considera el primero de cinco muertes que están siendo investigadas.
Vanessa expuso su testimonio tras la muerte de su hijo y dijo que, desde que el caso se hizo público, recibió numerosos mensajes de mujeres que compartieron sus historias sobre la violencia obstétrica que habían sufrido. "Este lugar ya naturalizaba la violencia obstétrica", afirmó.
Al ser consultada sobre cuándo empezó a sospechar que algo extraño había ocurrido con su hijo, Vanessa respondió que estaba muy confiada y que nunca se le ocurrió pensar que habían hecho algo que sea dañino para Francisco. Sostuvo que era "una locura" terminar desconfiando de un centro de salud donde uno va y deposita la confianza para dar a luz.
A lo largo de su testimonio, expresó sus dudas sobre el juicio que se estaba llevando a cabo, cuestionando si realmente se entendería la mentalidad de quienes habían causado el daño a su hijo.
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Respecto a sus expectativas, Vanessa exigió justicia. "Todos nuestros hijos no tenían que pasar por esto. No queremos que nadie más sufra esto". También hizo hincapié en la necesidad de cambios en el sistema de salud, sugiriendo que se deben realizar pruebas psicológicas periódicas a quienes trabajan con los pacientes.
También compartió su desconfianza hacia el sistema de salud tras la muerte de Francisco. Dijo que no se anima a ir al médico y que necesita volver a creer en el sistema de salud, al que definió como un sistema que los desamparó. A pesar de su dolor, expresó su deseo de conocer la verdad absoluta, aunque lamentó que haya respuestas que no van a tener.
La madre de Francisco recordó que su hijo estaba sano y que hoy debería estar en su casa con su familia. Explicó que tenía un proyecto, pero que ahora tiene que salir a reclamar justicia por su hijo muerto.
Vanessa criticó la actitud de algunos presentes en la sala del juicio: "He visto en esta sala personas riéndose y me parece una falta de respeto hacia todas nosotras". En ese marco, expresó su deseo de que se reconozca el dolor de las familias afectadas.
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Raúl Calderón, padre de Francisco, añadió que durante el intento de reanimación, "no había ningún cardiólogo de guardia, sino que los médicos estaban por teléfono recibiendo instrucciones". La ausencia de un profesional en el momento crítico generó dudas sobre la atención recibida. "No sé si al finalizar este juicio se van a poder evacuar todas las dudas que me ha generado esta causa", afirmó Raúl.
La figura de Brenda Agüero, la enfermera principal acusada, quedó en segundo plano ante las críticas hacia el sistema. Vanesa recordó que tras la detención de Agüero, se reunieron con el entonces gobernador Juan Schiaretti, quien aseguró estar al tanto de la situación. "Hoy, yo no le creo", declaró Vanesa, cuestionando la falta de comunicación y respuestas por parte de las autoridades.
El lunes, durante la audiencia, comparecieron Yoselín Rojas y su esposo, Jaime Cornelio Pérez, padres de Angeline, quien murió el 6 de junio de 2022. Ambos relataron que Brenda Agüero, enfermera del hospital, estuvo presente en la sala de postparto y que su forma de mirarles les resultó inquietante.
Sin embargo, no pudieron afirmar si Agüero había atacado a su bebé, ya que no había pruebas directas de ello. La defensa de Agüero cuestionó cómo los padres pudieron reconocerla, dado que ella llevaba barbijo y cofia, y anteriormente se había descrito a la enfermera como de pelo castaño, no negro.
Jaime Cornelio compartió sus recuerdos de la tragedia. "Al pellizcarlo, mi bebé hizo con la boquita como querer llorar, pero no lloró y primero me dijo 'préstame' y se lo llevó", relató.
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Cuando se le preguntó si notó alguna lesión en Angeline, respondió que no se percató de nada en ese momento, pero que al recibir la ropa de la morgue, encontraron una mancha de sangre en la manta. "Saliendo del hospital pensamos que Dios se lo había llevado porque somos creyentes", agregó, y destacó que, con el paso del tiempo, se dieron cuenta de que la muerte de su hijo no había sido natural, sino que creían que había sido un asesinato.
El testimonio de los padres reveló la vulnerabilidad de las familias que acuden a centros de salud. Muchos de estos padres no tenían los recursos para buscar asesoría legal y se enteraron de la gravedad de la situación solo meses después, cuando salió a la luz la noticia de que sus hijos habían sido presuntamente asesinados. "Nos dijeron que nunca había ocurrido algo así", expresó Jaime, refiriéndose a la información que recibieron del hospital.
Las declaraciones de los padres, incluyendo a Damaris, madre de otro bebé fallecido, pusieron de manifiesto la falta de profesionalismo y empatía en el trato recibido por parte del personal del hospital.
Mientras se indaga si Agüero es una enfermera "asesina en serie", el juicio también arroja luz sobre el sistema de salud pública y las condiciones en el Hospital Neonatal.
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Los directivos del centro de salud se presentaron como defensores de un centro de salud de excelencia, pero los testimonios de las familias contrastaron con esta visión.
Los padres describieron situaciones de desamparo y falta de respuestas cuando buscaban información sobre la muerte de sus bebés. Una madre, que declaró la semana pasada, relató que una psicóloga del hospital le echó la culpa de la muerte de su hijo a sus creencias religiosas.
Los padres afirmaron que, desde el hospital, les decían que no había explicación para las muertes y que no valía la pena realizar autopsias. Sin embargo, rápidamente se elaboró un documento interno que señalaba a Brenda Agüero como la enfermera responsable, lo que impulsó la investigación del fiscal tras recibir la denuncia de un particular.
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Informe de Juan Federico.
