Además de contar con una gran extensión de espacios que permiten los paseos al aire libre y el contacto con la naturaleza, Córdoba tiene un gran legado histórico y cultural. Éste se manifiesta, entre otras cosas, en las Estancias Jesuíticas,
Constituyen un patrimonio arquitectónico esencial, incluso la UNESCO las declaró Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. Este reconocimiento de su valor histórico excepcional, las convirtió también en un atractivo turístico imperdible.
Son 5 las Estancias Jesuíticas que se pueden visitar:
1. Colonia Caroya
Se trata del primer establecimiento rural organizado por la Compañía de Jesús, en el año 1616. La estancia todavía conserva su estructura colonial y arquitectura residencial. En su interior, está compuesta por un patio central en claustro y la Capilla. Además, cuenta con un perchel, el tajamar, restos del molino y de las acequias, y una quinta.
Por su valor histórico es Monumento Histórico Nacional y Provincial.
Se puede visitar de Martes a Viernes de 8 a 18 hs. Sábados, domingos y feriados de 9 a 15 hs.
Para llegar desde la ciudad de Córdoba, se puede ir a Colonia Caroya, ubicada a 44 kilómetros, por la Ruta 9 (norte) pasando por Estación Juárez Celman y General Paz.
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2. Jesús María
Fue construida en 1618 y hoy es el Museo Jesuítico Nacional. Se encuentra a solo 4 kilómetros al norte de la Estancia de La Caroya, siguiendo siempre por la Ruta Nacional 9.
Por aquí pasaba el Camino Real al Alto Perú, hacia la capital del Virreinato, por eso tenía tanta importancia para la época. Se puede visitar el casco de la estancia, la iglesia, la residencia y hasta su bodega. También los restos de antiguos molinos, perchel y tajamar. Se exponen grabados de distintos periodos, monedas y medallas.
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3. Santa Catalina
Se trata del mayor conjunto arquitectónico edificado por la Compañía fuera de la ciudad de Córdoba. Su organización fue iniciada por los jesuitas a partir de 1622.
Junto con un guía del lugar, es posible visitarla y descubrir cómo conserva el diseño propio de los siglos XVII y XVIII. Además, en ella puede apreciarse una Iglesia monumental, que cuenta con una imponente fachada de dos torres y remate curvilíneo en su cuerpo central. Sobre él, destaca una potente estructura de columnas y frontones curvos. Su arquitectura permite apreciar la influencia del barroco centroeuropeo.
Junto a la iglesia, se encuentran: el pequeño cementerio, precedido por un portal y la residencia, con tres patios, locales anexos y huerta.
Para llegar desde Córdoba Capital, se puede ir hasta Jesús María por la RN 9. Desde allí, tomar el camino que va a Ascochinga. A 7 u 8 kilómetros, hay un desvío a mano derecha, que conduce a Santa Catalina.
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4. Alta Gracia
La Estancia Alta Gracia es una parada obligatoria para descubrir el legado jesuita. Su construcción data del año 1643.
En el acceso llama la atención su patio principal, que cuenta con una escalinata central muy elegante, un patio de trabajo, el obraje, el tajamar, las ruinas del molino y el antiguo horno, en el primer paredón del sistema de acequias.
Está integrada por su iglesia sin torres de influencia barroco-italiano tardía. Junto a la misma aparece una residencia construida en ele, donde funciona desde 1977 el Museo Nacional Estancia Jesuítica de Alta Gracia y Casa del Virrey Liniers. En su interior, se resguarda una importante colección de objetos provenientes de los siglos XVII, XVIII y XIX, así como exposiciones temporarias y un nutrido programa anual de actividades culturales.
Es posible sumarse a las visitas guiadas que se brindan alrededor del museo. Se encuentra a sólo 36 km de Córdoba por RP5.
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5. La Candelaria
Este tesoro arquitectónico se ubica al norte de las Sierras Grandes, en el departamento de Cruz del Eje. Fue organizada por la Compañía de Jesús a partir de 1683.
En una extensión de de 300.000 hectáreas, los jesuitas se dedicaron a la cría de mulas, las cuales destinaban al negocio de bienes con el Alto Perú.
Inmersa en un entorno natural imperdible, esta estancia es de estructura sencilla pero imponente y una de las mejores conservadas.
La estancia comprende la capilla y la residencia del padre estanciero. Además, se pueden observar las ruinas de la ranchería, el obraje, los corrales y los vestigios del sistema hidráulico: tajamar, acequias y molino.
Para llegar desde Córdoba Capital, se debe tomar la RN 38 hasta Villa de Soto, continuando por la RP 15 hasta la localidad de La Higuera. Desde allí, son 54 kilómetros por camino de tierra.
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