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Por qué se cayó la acusación contra el viudo de Nora

El fiscal Julio Rivero no acusó durante los alegatos. De esta manera, Marcelo Macarrón quedará absuelto. El caso quedó prescripto de manera definitiva: impune.

05/07/2022 | 12:14Redacción Cadena 3

Fiscal Julio Rivero.

FOTO: Fiscal Julio Rivero.

  1. Audio. El crimen de Nora Dalmasso quedará impune

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  2. Audio. El alegato final del fiscal Julio Rivero que absolvió a Marcelo Macarrón

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"No tengo dudas de que el Poder Judicial de Córdoba es el mejor del país". El reloj marcaba las 10.15 del martes y el fiscal de Cámara Julio Rivero ya llevaba media hora de un llamativo alegato en los Tribunales de Río Cuarto.

Rivero había comenzado por atacar el actual sistema procesal, que contempla expedientes escritos, avanzó en reiterar varias veces que toda la acusación que se estaba desarrollando había corrido por cuenta del último fiscal instructor que tuvo el caso Dalmasso, Luis Pizarro (un fiscal del fuero antinarcotráfico -menudeo-) y subrayó que durante estás largas audiencias se habían desarrollado "varios juicios": uno de la puerta hacia adentro de los Tribunales y otros mediáticos y sociales, en la calle.

Los fiscales Javier Di Santo, Fernando Moine, Marcelo Hidalgo, Daniel Miralles y Pizarro desgranaron durante casi 16 años teorías bien contradictorias entre sí:

-Rafael Magnasco, un asesor de la Secretaría de Seguridad de Córdoba en aquel momento, quien se presentó de manera espontánea "ante rumores que decían que era su amante". Un análisis de ADN lo descartó.

-Un pintor, Gastón Zárate, obsesionado con Nora.

-Un hijo, Facundo Macarrón, en medio de un ataque de odio porque su madre no aceptaba su homosexualidad.

-Un marido que viajó en un vuelo clandestino y privado desde Punta del Este a Río Cuarto, aterrizó en medio de la noche, tuvo relaciones con su mujer, la mató, volvió a la aeronave y regresó a Uruguay, donde al otro día jugó al golf con amigos.

-Un marido que en medio de una crisis matrimonial y una disputa financiera decidió contratar a un sicario para que matara a Nora y simulara una escena sexual.

Fue este última hipótesis, elaborada por un fiscal antimenudeo, la que terminó por llegar finalmente a juicio. 

Todo este castillo terminó por desmoronarse por la sencilla razón de que nunca se encontraron pruebas sólidas para sostener este relato:

-Sicario: Pizarro sostuvo que Macarrón junto a "adláteres" no identificados contrataron a un asesino a sueldo para matar a Nora Dalmasso, bajo una promesa remuneratoria. Tanto en la acusación como en todo el juicio, no apareció ni un solo dato (nombre, contacto, encuentro, paco, entrega de dinero) para identificar al supuesto sicario. Incluso, se sostuvo que el asesino la mató "a traición", sin que Nora lo viera, y que luego preparó una escena falsa para simular una muerte en medio de un encuentro sexual.

Durante el juicio, declararon tres forenses y dieron versiones totalmente diferentes sobre la misma escena del crimen. El fiscal Rivero escuchó con suma atención al experimentado tanatólogo Mario Vignolo, quien sin dudas indicó que no había sicariato detrás de este crimen sino que todo se había tratado de un encuentro sexual consentido, "tal vez algo brusco", en medio del cual tuvo que haber surgido alguna disputa, momento en el que el asesino tomó lo que tenía a mano (el cinto de una bata) y estranguló a Nora con dos nudos que improvisó en el momento. "Ningún sicario deja su material genético", subrayó el especialista.

-ADN: forma parte de unos de los capítulos más escandalosos del caso Dalmasso. Durante años, se habló que se había encontrado semen en la escena del crimen y que si bien no se había podido analizar en profundidad, ni en el Ceprocor ni con la intervención del FBI, sí se pudo establecer que en la pieza donde Nora apareció muerta había materia genético compatible con el linaje Macarrón. Al finalizar la acusación, Pizarro sorprendió, ya que dijo que finalmente aquello que se creía semen no lo era en realidad. El bioquímico Daniel Zabala, de la Justicia de Río Cuarto, intentó defender su hallazgo en el comienzo de la investigación, aseguró que sí era semen y agregó que su trabajo se realizaba según un protocolo "propio". Durante el juicio, nunca se llegó a la certeza sobre si realmente había semen o no. 

-Ventaja económica y/o política: el fiscal Pizarro sostuvo que detrás del asesinato por encargo de Nora, Macarrón y sus supuestos cómplices jamás identificados habrían buscado una beneficio de este tipo. En el juicio no hubo menciones políticas y poco y nada se avanzó en cuanto a la situación financiera del viudo. Durante años, en el discurso social se habló de testaferros y vínculos con el poder político de la provincia de Córdoba, pero en las audiencias y en la investigación previa no quedaron asentados datos concretos al respecto. Sí hubo testigos que describieron a Macarrón como "avaro".

Entre otros puntos, llamó la atención que no se avanzara en su vínculo económico con el empresario Miguel "el Francés" Rohrer, a quien la familia Macarrón apuntó en el juicio como pretendido amante de Nora y, sobre todo, como el real asesino. Rohrer, que manejaba diversas inversiones financieras en campos de la región de Río Cuarto, quedó en medio de distintas acusaciones, pero ninguna de ellas llegó a tener estado judicial durante este juicio. Pero tampoco se ahondó sobre cuál era su vínculo económico con Macarrón. 

De la política directamente no hubo mayores referencias, más allá de que el entonces Secretario de Seguridad, Alberto Bertea (debió renunciar después del asesinato), indicó en el juicio que su salida se debió a una interna política en la que se utilizó el crimen. 

Durante las audiencias, Bertea apuntó contra el abogado Daniel Lacasse (exmano derecha de Macarrón y vinculado al empresario Rohrer) y habló del supuesto daño que él habría sufrido en todo este proceso. 

En contrapartida, en los alegatos el fiscal Julio Rivero remarcó que Bertea tenía a su cargo a la Policía que intentó sostener la hipótesis de que Zárate, conocido como "el Perejil", había sido el asesino. Teoría que contó con el aval de un triunvirato de fiscales formados de manera excepcional para el caso y conformado por Di Santo, Hidalgo y Moine.

El actual ministro de Seguridad de Córdoba, Alfonso Mosquera, fue uno de los integrantes del grupo de amigos que había viajado a Punta del Este con Macarrón cuando mataron a Nora. Si bien se especulaba con que iba a tener que declarar en el juicio como testigo, lo que suponía una posición incómoda desde lo político, finalmente no fue citado, ya que ni el fiscal ni la defensa solicitó su comparecencia.

-Crisis matrimonial: dentro de esta hipótesis, Pizarro señalo que la pareja entre Nora y Macarrón estaba en crisis y que pensaban en divorciarse. Es en este contexto que plantea una supuesta disputa al momento de la separación de bienes, lo que lo llevó a conjeturar sobre un presunto beneficio para el viudo con la muerte de la mujer. Sin embargo, durante todo el juicio lejos estuvo de haber datos concretos y sólidos que apuntalaran la supuesta crisis de la pareja. Más allá de amantes que cada uno habría tenido y de alguna discusión, nadie pudo asegurar que la pareja efectivamente se había planteado un divorcio. Incluso, la pareja estaba remodelando la pieza matrimonial de la casa de Villa Golf y Macarrón le mandaba mensajes desde Punta del Este para comentarle cómo le estaba yendo en el torneo de golf que fue a jugar con amigos.

De esta manera, durante el juicio, ninguno de los indicios apuntados por Pizarro en la acusación logró obtener la categoría de prueba sólida para sostener la acusación. 

Un viejo axioma criminalístico sostiene: "Tiempo que pasa, verdad que huye". Ahora bien, ¿por qué se dejó pasar tanto tiempo?

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