"Abrimos una puerta gigante": relato de Natalia, primera colectivera de Rosario
Hoy celebra con más de cien compañeras en las calles (conduciendo unidades), pero recuerda que el camino no fue fácil. En un dìa especial, compartió su historia con Cadena 3 Rosario.
24/09/2025 | 22:36Redacción Cadena 3 Rosario
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Audio. La historia de la primera mujer colectivera de Rosario en primera persona.
Viva la Radio Rosario
"No fue fácil". Con esa simple frase, Natalia resume los años de lucha que culminaron con un hecho histórico: ser la primera mujer en conducir un colectivo del transporte urbano de pasajeros de Rosario. En el Día del Colectivero y la Colectivera, su voz resonó en Viva la Radio por Cadena 3 Rosario para contar una batalla que cambió para siempre el paisaje laboral en los colectivos rosarinos.
Desde el asiento del conductor –o más bien, de la conductora– que ocupa desde hace casi siete años, Natalia recordó los inicios. "Pertenezco a la Línea Movi. Fui la primera en subir, pero la lucha nos costó otros casi tres años más", relató. El principal obstáculo era un sistema de contrataciones que perpetuaba la exclusión. "Cuando ingresábamos, era con un contrato de tres meses. Después te bajaban y tenías que esperar a que te volvieran a llamar. La realidad era que a las mujeres nunca nos llamaban; los cupos eran para los hombres. Era muy evidente".
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Fue junto a una compañera con quien decidió plantarse. "Dijimos: 'Che, vamos a habilitar el cupo para mujeres, porque si no, esto no cambia'". La lucha, que luego sumó a más mujeres, tuvo un resultado contundente: "Hoy hay más de 100 mujeres en el transporte. Pensar que hace seis o siete años atrás no había ni una en el transporte estatal acá... es gratificante".
Su vocación nació temprano. "A mí siempre me gustó manejar, desde los 14 años", confesó, riendo al recordar la oposición de su padre. "Él no me quería enseñar, decía que era muy chiquita, que no podía manejar. Pero yo estaba convencida de que tenía que hacerlo". Esa convicción fue la misma que la impulsó a desafiar una norma no escrita que reservaba la profesión para los hombres.
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El impacto social de ver a una mujer al volante de un colectivo no se hizo esperar. "Al principio la gente se sorprendía", comentó. Pero el momento más significativo llegaba con los más chicos. "Lo más gratificante fue verlo en los niños. Cuando subían y decían: 'Mirá, mamá, una mujer colectivera'. Ahí te das cuenta de que estás rompiendo un límite en la sociedad". Ese hecho, simple pero profundo, confirmó la importancia de la lucha: "Era muy importante ganar ese lugar para la igualdad".
Aunque el camino está allanado, Natalia reconoce que aún persisten prejuicios. "Sigue habiendo resistencia. La lucha es interminable en algún punto", admitió. Sin embargo, su mensaje para las mujeres que dudan en dar el paso es claro y alentador: "Ya habilitamos el cupo, es una ordenanza que se tiene que cumplir. Solo queda que las mujeres se animen. No hay que sacar el prejuicio de 'no voy a poder'. Por lo menos que lo intenten".
Reconoció que manejar un colectivo "intimida", pero lo atribuye al "chip que nos metieron a nosotras. Hay que romper también con eso".
Informe de Agostina Meneghetti.




