Ojo que te están por embocar otra vez
Por Adrián Simioni.
04/05/2022 | 15:30Redacción Cadena 3
Mientras Cristina Fernández desestabiliza al presidente que ella misma eligió para no hacerse responsable del fracaso de la política económica que ella misma le impuso, están pasando elefantes rosas volando delante de todos nosotros.
La máquina de hipotecar nuestros futuros no para un instante.
Por empezar sigue a todo vapor el acomodo de ñoquis y militantes en el Estado. Hay que hacer todo rápido antes de que la inflación incendie todo. En el Ministerio de Economía de la Nación pasan a planta permanente a 410 personas de un saque. En el Banco Central restablecen el empleo hereditario. En la Cancillería crean una insólita subsecretaría de Orientación Sexual e Identidad de Género para que asesore al canciller que no sabe inglés sobre vaya uno a saber qué.
O sea, en el lado del gasto público no es que seguimos rumbo al iceberg: aceleramos hacia el iceberg.
También sigue el festival de impuestos. Pero a nuestra casta de políticos criados en el vivero del Estado no le alcanza con parasitar al sector privado de año en año. Ahora pretenden asignar el destino de los impuestos por plazos tan largos como ¡50 años! El diputado por el kirchnerismo cordobés Pablo Carro acaba de lograr dictamen favorable para que hasta el año 2072 tres impuestos existentes hoy se sigan asignando a financiar oficinas estatales y a subsidiar cosas como el cine, el teatro o las bibliotecas populares. Tenemos suerte de estar gobernados por legisladores videntes que saben que cosas que tal vez ya sean anacrónicas hoy, como el teatro, van a seguir existiendo, van a seguir siendo imprescindibles y van a seguir necesitando subsidios dentro de 50 años.
Y tampoco pueden parar de hacer demagogia, de hacerse los buenos con la plata de los demás. Un sector del radicalismo encabezado por el ex radical K Julio Cobos ha acordado con el kirchnerismo sacar un dictamen, dentro de 30 días, sobre los créditos UVA. Prometen una solución para las 100 mil personas que sacaron un crédito UVA. El peligro es que, otra vez, como pasó tantas veces en el pasado, los millones que nunca sacaron un crédito tengan que terminar poniendo dinero para que quienes sí sacaron esos créditos terminen pagando cuotas licuadas por la inflación para quedarse con inmuebles que cotizan en dólares. Y que otra vez abortemos que alguna vez exista un mercado hipotecario para tu hija o tu nieto, que van a necesitar en el futuro sacar un crédito para comprar su casa, como en los países normales del resto del mundo.
Usted, querido contribuyente, ni se le ocurra sacar los ojos de la pelota. Porque a la menor distracción, lo van a embocar. Una y otra vez.





