Transformó el dolor por la pérdida de su hijo en un emprendimiento de chocolates
Tras perder a su hijo por una intolerancia alimentaria, Majo Nieto creó Healthy Majo, una marca de chocolates aptos para todos. Hoy acompaña a otras familias con amor y conciencia alimentaria.
14/05/2025 | 07:43Redacción Cadena 3
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Diversidad
A los dos años y medio, Vitorio falleció por una severa intolerancia alimentaria que lo hacía incompatible con la vida. Su mamá, Majo Nieto, atravesó el duelo más profundo que puede vivir una madre, pero decidió transformar ese dolor en un acto de amor que hoy se traduce en un proyecto de impacto: Healthy Majo, una línea de chocolates inclusivos pensada para que todos los niños puedan compartir una mesa sin quedar excluidos por su alimentación.
“Nunca pude compartir una torta de cumpleaños con él. Algo tan simple y cotidiano, como comer lo mismo en una mesa, para nosotros era imposible”, recordó Majo entre lágrimas.
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El emprendimiento nació con un objetivo claro: convertir el aprendizaje y el amor por su hijo en algo que pudiera ayudar a otros. Los productos que elabora están pensados para niños y adultos con intolerancias a la lactosa, a ciertos aminoácidos, a distintos tipos de azúcares, y también para personas con diabetes.
“Transformé el dolor en chocolate. Pero en un chocolate que haga bien, que podamos compartir todos”, expresó con convicción.
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Majo asegura que el impulso para crear su marca fue siempre Vitorio. “Él amaba la vida. En los momentos más duros, él me enseñó a seguir. Abandonarme no era hacerle justicia. Así que decidí que su vida tenía que tener un sentido más allá de mí”, contó.
Además de elaborar productos saludables y seguros, Majo se propuso acompañar a otras madres en la búsqueda de alternativas. “Hoy todo va muy rápido. Pero la alimentación es amor. Si amamos, tenemos que cuidar desde el alimento. Y hay muchas mamás que necesitan este mensaje”, sostuvo. “Un niño sin chocolate es triste. Y yo quiero que ningún chico se quede afuera por lo que puede o no puede comer”, aseguró.
El camino del emprendedurismo no fue fácil. “La parte de ‘durismo’ es literal. Estamos todo el tiempo buscando oportunidades. Pero siempre fui con la verdad, diciendo qué tienen mis chocolates y por qué los hago”, explicó. Y agradece a los profesionales de la salud que hoy avalan sus productos: nutricionistas, endocrinólogos y cardiólogos que ven en su propuesta un ejemplo de lo que sucede cuando alimentación y medicina van de la mano.
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Hoy tiene dos hijos más, a quienes también les enseña a comer con conciencia. “Comen chocolates amargos, uno por día. Yo digo que mis amigos ya no pueden volver atrás: una vez que probás un chocolate real, no querés más los de siempre”, dice entre risas.
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“Me imagino a Vittorio en cada chico que los prueba. Él tenía muchas ganas de vivir. Su cuerpito no lo acompañó, pero yo le prometí que iba a hacer algo por él. No sabía qué… y acá están los chocolates”, cerró.