Alemania y Francia: ideas locas para poder bancar a los jubilados
25/12/2025 | 12:15Redacción Cadena 3
A lo largo de este año hablamos mucho —muchísimo— sobre los regímenes jubilatorios. Sobre la demografía, sobre la dificultad creciente de sostener sistemas previsionales pensados para un mundo que ya no existe. Y no es un problema local: Córdoba acaba de atravesar una reforma, a nivel nacional se viene otra, y en el resto del mundo el panorama no es muy distinto. Es un problema estructural, generacional y, sobre todo, global.
Cada vez hay menos personas en edad activa para sostener a una población jubilada que vive más años, y —en muchos casos— mejor que quienes hoy trabajan. Los números no cierran en ningún lado. Y cuando los números no cierran, empiezan a aparecer soluciones impensadas. Algunas creativas. Otras, francamente incómodas.
Francia es un ejemplo claro. Allí, el sistema de protección social es hoy prácticamente impagable. Paradójicamente, los jubilados son uno de los sectores con mejores ingresos. El resultado: déficit crónico, deuda creciente y una clase política incapaz de avanzar en reformas profundas. Gobiernos que caen, ministros que duran meses y una constante: nadie logra reducir beneficios porque no hay fuerza política para hacerlo.
¿La alternativa? Un impuesto a la herencia. Traducido: los bienes acumulados por jubilados que han tenido condiciones favorables de ingresos no pasarán íntegros a sus hijos. Parte de esa herencia se usará para seguir financiando las jubilaciones. Es decir, la misma generación que verá reducida su herencia será la que reciba esas prestaciones. Una suerte de autofinanciamiento forzado. No se toca la ley previsional, pero se buscan recursos donde todavía existen.
Más llamativo aún es el caso de Alemania. A partir del próximo año, el Estado depositará 10 euros mensuales por cada niño nacido desde 2020, desde los 6 hasta los 18 años. Ese dinero irá a una cuenta individual, capitalizable, invertida a largo plazo y en instrumentos seguros. El objetivo es que, al llegar a la edad jubilatoria, ese niño cuente con un ahorro propio que podría rondar los 50 mil dólares.
La idea es simple y brutal a la vez: empezar a financiar hoy las jubilaciones de dentro de 50 años. Pero el costo también es claro. ¿Quién pone ese dinero? La generación que hoy trabaja. La misma que ya sostiene con sus impuestos a los jubilados actuales. La misma que, además, debería ahorrar para su propia vejez. Y ahora, también, para quienes todavía no se jubilaron —o ni siquiera nacieron—.
Esa generación quedó atrapada en el medio del sándwich. Paga por los de arriba, ahorra para sí misma y financia a los de abajo. Todo al mismo tiempo.
No hay moraleja simple ni solución mágica. Lo que sí queda claro es que el problema previsional no admite parches tradicionales. En todo el mundo se están buscando salidas fuera de la caja de zapatos, porque dentro de ella ya no hay margen. Nadie tiene la respuesta definitiva. Pero todos coinciden en algo: no pensar el tema hoy es garantizar un conflicto mayor mañana.





