La granja porcina más grande del país crece en Córdoba y proyecta un frigorífico

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Monte Buey, Córdoba, es escenario de un proyecto que refleja cómo los sueños colectivos pueden hacerse realidad. Allí funciona Isowean, la mayor granja porcina de Argentina, que se prepara para una nueva expansión con un modelo productivo asociativo que fortalece a la comunidad y agrega valor al agro.

“Con la ampliación que hicimos en plena pandemia pasamos de 6.000 a 12.800 madres y nos convertimos en la granja más grande del país. Mientras todos miraban Netflix, nosotros duplicamos la producción trabajando el doble”, recordó Lisandro Culasso, ingeniero industrial, empresario y cofundador de Isowean.

Hoy, la empresa se encamina hacia su “crecimiento 6”, que llevará el plantel de 13.000 a 17.000 madres. Eso implica más de mil lechones naciendo cada día y un sistema de producción que no se limita a Monte Buey. “Desarrollamos un modelo asociativo: nosotros entregamos el lechón y nuestros socios engordadores ponen el maíz y la soja de su propio campo. Así no solo generan proteína animal, también agregan valor a su producción agrícola”, explicó Culasso.

Ese esquema ya reúne a 12 asociados que, en conjunto, disponen de unas 180.000 plazas de engorde distribuidas en la región. El modelo no solo abarata costos logísticos al transformar el grano en carne cerca del lugar de origen, sino que también genera trabajo local y nuevas oportunidades.

“Siempre decimos que somos asociadores seriales. Nos gusta agrandar la torta, no sacarle un pedazo al de al lado. Argentina tiene que crecer así, con más actores sumándose al proceso”, destacó el empresario.

El próximo paso de Isowean apunta a dar un salto industrial: la construcción de un frigorífico propio que permita procesar la producción para el mercado interno y la exportación. “Argentina tiene un potencial enorme: tenemos la mejor sanidad del mundo y los costos más bajos, pero estamos por debajo del 1% del comercio internacional de cerdo. Falta inversión, infraestructura y, sobre todo, reglas claras”, señaló Culasso.

El desafío no es menor: competir con gigantes como Brasil, dueño de los frigoríficos más grandes del planeta. Pero la convicción está. “Si uno analiza todos los riesgos del negocio, se queda mirando Netflix. Nosotros preferimos seguir avanzando”, dijo entre risas.

Más allá de los números, lo que impulsa el proyecto es la visión de futuro: industrializar el agro, generar empleo y consolidar comunidades en el interior del interior. Como resumió Culasso al final de la charla: “No necesitamos subsidios ni rueditas de auxilio. Solo que nos saquen la pata de arriba y nos dejen crecer”.

Entrevista de Adrián Simioni

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