El verdadero desafío de Newell's
El equipo del Parque Independencia debe aprender de sus propios errores y salir del estado de emergencia en que lo agarró Fabbiani. La eliminación da tiempo y Newell’s tiene que volver a ser Newell’s.
06/05/2025 | 07:12Redacción Cadena 3 Rosario

Newell’s atraviesa una pausa que, más que descanso, representa una nueva oportunidad. Una pausa que obliga a mirar para atrás, a revisar errores, y a entender que el principal rival no siempre está en la cancha. A veces, está en las decisiones mal tomadas fuera de ella.
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??? La hoja de ruta de #Newells, bajo la lupa de Claudio Giglioni (@golgigli). Un análisis del presente y lo que se viene para la Lepra en los próximos meses.
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En el parate anterior, la conducción del equipo —por planificación o por omisión— dejó una huella negativa. Un plantel mal armado, mal preparado física y futbolísticamente, derivó en una crisis que casi empuja al equipo al abismo bajo el mando de Soso.
El ingreso de Cristian “Ogro” Fabbiani funcionó como un comité de emergencia: contuvo, estabilizó y reveló algo fundamental. Que, cuando se apostó con acierto, hubo respuestas.
El caso de Keylor Navas y el de Cuesta son pruebas claras. Con dos incorporaciones bien pensadas, el equipo ganó competitividad y confianza. Por eso el objetivo no debería ser una renovación masiva sino una reconstrucción inteligente: traer tres refuerzos, pero que al menos dos jueguen y marquen la diferencia. No llenar el plantel de nombres; llenar el equipo de soluciones.
La urgencia más evidente está en la mitad de la cancha y, sobre todo, en el puesto de número nueve. El déficit en la definición fue brutalmente expuesto cuando Newell’s tuvo que salir a buscar los partidos. Ahí se notó la precariedad. No de actitud, sino de recursos. El equipo tenía voluntad, pero no tenía con qué.
El otro punto clave es la preparación. No basta con sumar nombres si luego fallan los detalles de logística, de entrenamiento, de puesta a punto. Lo físico condiciona lo futbolístico. Y si en algo no puede volver a tropezar Newell’s, es en permitir que el cuerpo no acompañe la idea.
Fabbiani encontró material para armar un equipo que compita. Ahora la dirigencia tiene que hacer lo suyo: no repetir errores, planificar con rigor y actuar con criterio. El gran desafío para estos meses no es revolucionar el club. Es hacer, simplemente, lo contrario a lo que ya se hizo y no funcionó.
Newell’s tiene que volver a ser Newell’s. Para eso, primero, tiene que dejar de ser su propia traba.