Cayó un 40% la lectura recreativa en los últimos 20 años
09/10/2025 | 11:38Redacción Cadena 3
Un estudio del University College de Londres y la Universidad de Florida, publicado en agosto de 2025, revela una preocupante disminución en la lectura recreativa a nivel global.
En Estados Unidos, la proporción de personas que leen por placer se redujo un 40% en dos décadas, pasando del 28% en 2004 al 16% en 2023, según datos de la Encuesta sobre el Uso del Tiempo, que consultó a más de 236.000 personas.
Este fenómeno no es exclusivo de Estados Unidos, ya que los hábitos de lectura están cambiando en todo el mundo, aunque con variaciones significativas entre países.
En España, el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2024 indica que el 65% de la población lee en su tiempo libre, y el 75,3% de los jóvenes de 14 a 24 años lo hace por placer, destacando al país como uno de los más lectores.
En contraste, Argentina enfrenta un panorama más crítico: según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales de 2022, solo el 51% de la población leyó al menos un libro en el año, con un promedio de dos libros por persona, situándola entre los 15 países con menor lectura per cápita, según World Population Review.
El estudio abarca todo tipo de lectura recreativa, incluyendo libros, revistas y periódicos en formatos físico, digital y audiolibros, descartando que la caída se deba únicamente a la digitalización.
Entre las posibles causas, los investigadores apuntan al auge de las redes sociales, el consumo de videos en línea y la presión económica, que reducen el tiempo disponible para leer.
Además, se observan brechas significativas: en Estados Unidos, las personas con mayor educación tienen el doble de probabilidades de leer por placer, y aquellos con ingresos altos lo hacen 1,5 veces más que los de menores recursos.
Un dato alarmante es la baja lectura compartida con niños. Solo el 2% de los estadounidenses que conviven con menores lee con ellos regularmente, una cifra que no varió en 20 años.
En Argentina, la lectura entre adolescentes está impulsada principalmente por obligaciones escolares, pero este hábito tiende a desvanecerse en la adultez, especialmente en un contexto donde el libro en papel sigue predominando.
Aunque países como España mantienen índices altos gracias al fomento de la lectura, la tendencia global sugiere un desafío. La concentración de la lectura en grupos más educados y privilegiados podría agravar desigualdades sociales, mientras que la falta de lectura en la infancia amenaza con perpetuar esta caída en el futuro.





