Mama Antula y el regalo de la devoción por San Cayetano, santo de la Providencia

Una vida abrazada por la pobreza y la confianza en la Providencia que fuera nuestra muy argentina Mama Antula quien trajo a nuestro país la devoción al santo de la Divina Providencia; en la Santa Casa de Ejercicios Espirituales fundada por ella en la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra la imagen más antigua de San Cayetano.

Junto a sus compañeras, da inicio a lo que hoy es el Santuario de San Cayetano del barrio porteño de Liniers, en terrenos donados por la Sra. Mercedes Córdoba; desde dónde se fomentó su devoción (1875).

 Luego de que en varias oportunidades de grandes sequías ante las cuales los chacareros del lugar recurren al Santo para que los ayude y éste escucha sus plegarias, es que se incorpora a la imagen las espigas de trigo y se lo invoca como “Patrono del pan y del trabajo”.

A partir de allí, se multiplicaron por todo el país las imágenes, capillas dedicadas a San Cayetano y se conviertan en lugares especiales de peregrinación.

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Ella, desde que partió de Santiago del Estero, lo puso como Patrono de su proyecto de evangelización al que ya llamaba “Santo de la Providencia” y a él se encomendó en todas sus tareas. Y San Cayetano cumplió. Nunca faltó el sustento material para la Casa fundada para los Ejercicios Espirituales. Grandes milagros de Mama Antula fueron realizados por intercesión de este santo del que era tan devota.

María Antonia vivió en la pobreza, carece de todo. La Mama Antula lleva una vida austera, sólo le importa organizar los Ejercicios Espirituales porque está convencida que con sus frutos logra la conversión de las personas y la reforma de la sociedad. Tenía un amor preferencial por los pobres, se desvelaba para que ellos tuvieran la posibilidad de encontrarse con Dios, compartía los bienes y recursos que le donaban para los Ejercicios con ellos aliviándolos en sus necesidades.

Se dió a conocer la imagen oficial de Mama Antula en la Basílica de San Pedro.