"Los Derrotados", un impactante drama sobre la post guerra

Por María Rosa Beltramo.

Es meritorio intentar una historia que reúna dos de los formatos más populares y “Los Derrotados” es, al mismo tiempo, bélica y policial. Está ambientada en Berlín en 1946 cuando los aliados victoriosos se reparten lo que queda de Alemania y el hilo principal sigue a un policía norteamericano, Max McLaughin (Taylor Kitsch) que llega para organizar una comisaría mientras busca desesperadamente a su hermano.

La serie dirigida por los suecos Måns Mårlind y Björn Stein tiene también en los roles principales a Sebastian Koch y Logan Marshall-Green y consigue retratar con trazos despiadados el escenario de la devastación de una ciudad tironeada entre Estados Unidos, Inglaterra, Rusia y Francia, en un momento de la historia donde la única certeza es que la vida vale tan poco como en medio de los bombardeos.

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“Los Derrotados”, que ya comprometió una segunda temporada, es particularmente descarnada para mostrar que la guerra no deja espacio para gente buena. Con excepción del personaje que encarna Taylor Kitsch y de un adolescente que está aprendiendo el oficio de policía, todos parecen tener buenas razones para matar, mentir, engañar, traicionar y, en la medida de las posibilidades, sacar partido del desastre.

Por una vez, han evitado atribuirle nobleza a algunos de los sectores en pugna. Una joven berlinesa es violada por soldados norteamericanos; el jefe del destacamento ruso chantajea a una policía local para que le pase datos del vicecónsul estadounidense y éste alterna la misión diplomática con oscuros negocios vinculados a la venta de obras de arte incautadas durante la contienda.

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Lo que la guerra hace con la gente se refleja en casi todos los personajes pero, sobre todo en Moritz McLaughlin, el hermano de Max, que se oculta de todos para llevar a cabo su venganza que incluye refinadas sesiones de tortura. Por si había alguna duda sobre el oscuro carácter de varios de los personajes, Mårlind reveló que estaba interesado en contar una historia sobre "personas que estaban rotas" y que encontró el lugar adecuado en una ciudad semi destruida.

El clima de devastación, cansancio moral y crueldad que impera en “Los Derrotados” está paradójicamente inspirado, según la dupla sueca, en “Max y Moritz”, una serie de cuentos del alemán Wilhelm Busch, publicados en 1865, que se usaban para enseñar a los niños a leer.

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Uno de los puntos altos de la serie está dado por la actuación del alemán Sebastian Koch en la piel de Werner "Engelmacher" Gladow, un médico que trabaja en las sombras, se ocupa de abortos y otras operaciones prohibidas y obliga a sus pacientes a integrarse a una red de prostitución y espionaje que maneja con la habilidad de un titiritero y le rinde pingues ganancias no sólo en términos financieros sino, sobre todo, en materia informativa.

“Los Derrotados" es una coproducción franco, canadiense, alemana, con la mayoría del elenco de este último país, en tanto el protagonista es canadiense. La primera temporada está en Netflix, es de 8 capítulos y cada episodio dura 45 minutos.

Los productores se han esmerado en la ambientación. El espectador puede creer que en algún momento el polvillo que cubre los edificios derribados por las bombas traspasará la pantalla. Hay pocos edificios en pie y varios han sido desalojados y están ahora en manos de otros dueños provisorios. La comisaría, por caso, funciona en lo que alguna vez fue un banco y quedó milagrosamente en pie.

A “Los Derrotados” tal vez le falte un poco de romance. En esta primera temporada casi lo único que se permitieron incluir es un par de besos fugaces entre la esposa del vicecónsul norteamericano, Claire (Tuppance Middleton) y Max, el muchachito de la película.