La muerte de Francisco conmovió al mundo creyente y no creyente
28/04/2025 | 09:23Redacción Cadena 3 Rosario
-
Audio. La muerte de Francisco conmovió al mundo creyente y no creyente
Editorial de Alberto Lotuf

La muerte del Papa Francisco conmociona al mundo. Los más cercanos no pueden creer que se haya ido el Padre Jorge. Su legado parece inconmensurable.
Durante su pontificado, Francisco realiza 47 viajes internacionales, visitando 10 países africanos, 22 países asiáticos, 23 países europeos y 12 de toda América. En total, recorre 469.770 kilómetros. Para ponerlo en perspectiva, Rosario-Buenos Aires son apenas 295 kilómetros.
En sus 12 años de pontificado, publica 4 encíclicas y 7 exhortaciones apostólicas. Lleva adelante la reforma de la curia y elige casi al 80% de los cardenales electores. Además, produce numerosas canonizaciones, entre ellas la de Mamá Antula.
En 2015, con su característica sonrisa, Francisco llega a Cuba para iniciar su décimo viaje al extranjero, que también lo lleva a los Estados Unidos. La preocupación por la isla ha sido constante en su vida. En 1998, escribe un libro sobre el histórico encuentro entre el Papa Juan Pablo II y el expresidente Fidel Castro, titulado "Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro". Esta obra refleja la expectativa que generó en Bergoglio el paso del pontífice por la isla caribeña.
Desde su llegada a Roma, las palabras de este sacerdote que abrazó la pobreza resuenan con fuerza, no solo en los medios de comunicación, sino también en los corazones de millones de fieles e incluso de personas que, sin ser católicas, valoran el humanismo de Bergoglio. Su mensaje inicial de una iglesia pobre para los pobres, su denuncia de la sed del poder y la corrupción, y su llamado a no cerrarse en uno mismo se profundizan con su ejemplo, despertando cada día más interés en su figura.
El director del Centro Televisivo Vaticano, ofrece quizás la mejor definición de la relación entre los papas y los fieles. Afirma que la gente venía a Roma a ver a Juan Pablo II, el papa peregrino; escuchaba a Benedicto XVI por su erudición; y ahora venía a abrazar a Francisco. En un mundo hostil, el padre Jorge hablaba de pobreza, denunciaba la renta excesiva, el orgullo y la vanidad. Lavaba los pies de los presos, perdonaba, brindaba su alegría y hablaba de la injusticia de la guerra y de las personas que mueren todos los días.
En Argentina, Francisco parece haber hecho milagros. En 2013, en menos de una semana, logra que el kirchnerismo pase de la descalificación al fervor casi militante. El diario Página 12, que mejor interpreta la mirada en el país, cambia su azorado título de "Dios mío, Dios mío" tras la noticia del pontificado de Bergoglio, a uno que expresa esperanza por su papado.
Con Javier Milei, también realiza otro milagro, pasando de llamarlo el representante del diablo en la tierra a definirlo como el argentino más importante de la historia. Francisco ya es parte de la historia grande. Cientos de millones de fieles siguen sus palabras y sienten el dolor de su partida. Para los más cercanos, seguirá siendo el mismo, el padre Jorge, un simple sacerdote que denunció la injusticia.