Un libreto para Patricia Rodríguez Larreta
05/09/2023 | 11:11Redacción Cadena 3
Patricia Bullrich, la candidata presidencial de Juntos por el Cambio, comenzó el lunes a hacer un esfuerzo mayúsculo para superar el estupor en el que quedó luego de las Paso, el atronador triunfo de Javier Milei.
Hasta las Paso, Patricia Bullrich era de algún modo el futuro; desde entonces, es de algún modo el pasado. Hasta las PASO era la outsider que buscaba desbancar a un Horacio Rodríguez Larreta que era el establishment; desde las PASO, el outsider es Milei y Patricia quedó en el pelotón de la vieja política.
Hasta las PASO, ella era la del discurso duro, la del “todo o nada”; desde las Paso ese discurso es el de Milei. Hasta las Paso, Patricia juntaba los votos de los enojados que consideraban un tibio a Rodríguez Larreta; desde las Paso, tiene que retener los votos moderados de Rodríguez Larreta.
En definitiva, desde las PASO, Patricia Bullrich tiene que ser Horacio Rodríguez Larreta. La precandidata encendida como una entorcha que peleaba contra el alcalde porteño ahora tiene que vestir el traje gris del alcalde porteño. Se las presento: es Patricia Rodríguez Larreta.
Y enfrenta el mismo dilema que enfrentaba Rodríguez Larreta: si busca retener los votos moderados, pierde votos enojados que se van con Milei. Si busca los votos enojados de Milei, pierde votantes moderados que se pueden fugar a Sergio Massa o no ir a votar o votar en blanco.
Y todo esto impacta. Las encuestas (con pinzas porque son de los mismos encuestadores que se han hartado de errar) la dan entre 2 y 8 puntos debajo de Massa. Y marcan que 5 puntos de Juntos por el Cambio se están yendo a Milei.
Patricia tiene que encontrarle rápidamente la cuadratura al círculo. Y lo está intentando. Salió a mostrar lo que no tiene Milei. Un posible ministro de Economía, Carlos Melconian, que propone un cauto y realizable sistema bimonetario en lugar de quemar las naves con una dolarización a la Milei. Y un partido consolidado capaz de proveer figuras con trayectoria para cada área de gobierno. El “todo o nada” se reemplazó con la idea de “una Argentina humanista”.
Pero le falta. Le llovieron críticas por su oratoria limitada. Algunos la consideran “mediocre”. Pero ese tal vez no sea el problema. Primero, porque un presidente no tiene por qué saber lucirse en Economía, en Seguridad, en Educación, en Relaciones Exteriores. Para eso existen los ministros.
Miren el caso de Menem. Un presidente lo que tiene que saber es cómo tomar las decisiones correctas. Y Bullrich lo sabe: lo demostró cuando el kirchnerismo quiso extorsionar a la democracia argentina con el caso Maldonado y ella decidió creerles a los gendarmes mientras sus socios políticos dudaban.
Segundo, porque el drama no es hablar un poco más bonito o un poco más feo. Miren el caso de Cristina Fernández, una oradora brillante a la que la inflación de dos dígitos le quemó su guión y la condenó a esconderse en silencio en alguna de sus propiedades con su hijo y todos sus lenguaraces.
El problema es que es difícil decir bien las cosas cuando uno no tiene claro qué decir. Y en eso está Patricia Rodríguez Larreta: tratando de encontrar un nuevo libreto para reemplazar un discurso que se le incendió con el resultado de las PASO.





