Qué pasará después de las elecciones del 26 de octubre
La pregunta no es menor, porque el resultado electoral definirá el rumbo de un país. No basta con los gobernadores; el sector empresario y los sindicatos también deben sentarse a la mesa.
16/10/2025 | 10:49Redacción Cadena 3
El Coloquio IDEA, ese hervidero de empresarios, economistas, abogados y especialistas, es un termómetro del estado de ánimo del establishment argentino. Este año, el foco está puesto en un solo interrogante: ¿Qué pasará en la Argentina después de las elecciones del 27 de octubre? La pregunta no es menor, porque el resultado electoral definirá el rumbo de un país.
Ayer, la presencia de Manuel Adorni en el Coloquio dejó un mensaje claro, transmitido directamente desde el presidente Javier Milei. Más allá de las metáforas sobre leones domados, el discurso de Milei apunta a una nueva etapa postelectoral: una en la que el consenso será la clave para avanzar en las reformas estructurales que el país necesita.
Previsional, tributaria y, sobre todo, laboral: estas son las palabras que resuenan en los pasillos de IDEA. Adorni puso el énfasis en una reforma laboral que permita, por ejemplo, contratos en dólares, bancos de horas, reducción de costos judiciales y menor litigiosidad.
Sin embargo, la gran pregunta es si Milei tendrá el capital político para llevar adelante estas reformas. Julián de Diego, uno de los abogados laboralistas más prestigiosos del país, quien dirige un equipo de 300 profesionales y mantiene amplios contactos políticos dio un pronóstico claro: para que estas reformas prosperen, se necesita una “Ley de Bases 2”, un nuevo pacto que tenga como cimientos un acuerdo con los gobernadores. Sin su apoyo, cualquier iniciativa en el Congreso está condenada al fracaso, porque incluso en el mejor escenario electoral, Milei seguirá en minoría en ambas cámaras.
De Diego subrayó en Cadena 3 que la clave está en la concertación. No basta con los gobernadores; el sector empresario y los sindicatos también deben sentarse a la mesa. Sorprendentemente, hay sectores de la CGT que ven con buenos ojos una reforma laboral, no solo por sus implicancias en el mundo del trabajo, sino por motivos políticos.
Algunos sindicalistas buscan debilitar el predominio de Cristina Kirchner en el peronismo, y apoyar un gobierno de Milei que pueda sobrevivir y avanzar con ciertas reformas podría ser una vía para lograrlo. Es un juego de ajedrez donde los intereses laborales se cruzan con estrategias políticas de largo alcance.
El panorama no es sencillo. La Argentina enfrenta una actividad económica deprimida, leyes laborales desactualizadas y una inflación que, aunque controlada, sigue siendo un lastre. Las reformas no serán totales ni inmediatas, pero sí necesarias para reconvertir un mercado laboral que, en muchos casos, no está preparado para la economía del futuro.
La postelección abre una ventana de oportunidad. Si Milei logra articular un diálogo con gobernadores, empresarios y sindicatos, la “Ley de Bases 2” podría ser el primer paso hacia una Argentina más competitiva. Pero el desafío es monumental: negociar desde la minoría, en un país donde los consensos son esquivos.





