Científicos identifican los restos del Duque Béla de Macsó tras 700 años
Un equipo internacional de investigadores confirmó que los restos hallados en Budapest pertenecen al Duque Béla de Macsó, quien fue asesinado en 1272. La investigación reveló detalles sobre su vida y muerte violenta.
14/11/2025 | 16:05Redacción Cadena 3
Un equipo internacional de investigadores, liderado por académicos húngaros, confirmó que los restos óseos encontrados en Budapest pertenecen al Duque Béla de Macsó, un noble que descendía de las dinastías Árpád y Rurik. Este hallazgo resuelve un misterio arqueológico que había perdurado durante más de un siglo.
El proyecto fue organizado por Tamás Hajdu del Departamento de Antropología de la Universidad Eötvös Loránd (ELTE TTK), con análisis genéticos realizados por Anna Szécsényi-Nagy y Noémi Borbély del Instituto de Arqueogenómica de ELTE RCH. Su trabajo demostró cómo los relatos históricos pueden ser validados y las muertes violentas reconstruidas en detalle cuando las humanidades y las ciencias naturales colaboran. El estudio fue publicado en Forensic Science International: Genetics.
Descubrimientos iniciales en la Isla Margarita
La historia comenzó en 1915, cuando arqueólogos excavaron el monasterio dominicano en la Isla Margarita (Budapest) y descubrieron los huesos de un joven en la sacristía. Basándose en el contexto de la sepultura, fuentes de la época y evidencias de trauma en el esqueleto, los investigadores de aquel entonces sugirieron que los restos pertenecían al Duque Béla de Macsó, miembro de la Casa de Árpád. Béla de Macsó (nacido después de 1243 y fallecido en noviembre de 1272) era nieto del rey Béla IV por parte materna, mientras que su linaje paterno se remontaba a la dinastía Rurik de origen escandinavo, que produjo numerosos grandes duques de Kiev desde el siglo IX. Según crónicas austriacas del siglo XIII, el Duque Béla fue asesinado en noviembre de 1272 por Ban Henrik "Koszegi" de la familia Héder y sus cómplices. Relatos contemporáneos describen cómo su cuerpo mutilado fue recogido por Margit (su hermana) y Erzsébet (su sobrina) y enterrado en el monasterio dominicano.
Huesos perdidos y una desaparición en el siglo XX
Tras la excavación, los restos fueron enviados a Lajos Bartucz en el Instituto de Antropología de la Universidad de Budapest (actualmente: Departamento de Antropología, ELTE TTK) para su estudio bioantropológico. Bartucz documentó 23 cortes de espada en el esqueleto, junto con múltiples lesiones mortales en el cráneo. Concluyó que el duque había sido atacado por varias personas simultáneamente y que incluso había sido golpeado mientras yacía en el suelo. Bartucz mencionó públicamente los huesos en 1936 y publicó una fotografía del cráneo en 1938. Después de eso, todas las referencias a los restos desaparecieron, y muchos expertos creyeron que se habían perdido durante la Segunda Guerra Mundial. Sorprendentemente, en 2018, los huesos postcraneales fueron redescubiertos en una caja de madera almacenada entre decenas de miles de especímenes en la Colección de Antropología del Museo de Historia Natural de Hungría, mientras que el cráneo continuó siendo conservado en la Colección Aurél Török de ELTE.
Reabriendo el caso con ciencia moderna
En 2018, se formó un nuevo consorcio de investigación internacional bajo la dirección de Tamás Hajdu. El grupo incluyó antropólogos, genetistas, un arqueólogo, un arqueobotánico, especialistas en isótopos estables, expertos en radiocarbono y dentistas. Su objetivo fue verificar la identidad de los restos utilizando métodos forenses y bioarqueológicos modernos y reconstruir lo más completamente posible la vida y muerte del duque.
El hallazgo tiene un valor histórico excepcional. Además del rey Béla III, Béla de Macsó es el único miembro confirmado de la Casa de Árpád cuyo esqueleto casi completo aún se conserva. Esto proporciona una visión rara tanto de la herencia genética de la dinastía Árpád como de la línea Rurik. Investigadores de Viena, Boloña, Helsinki, Harvard y múltiples instituciones húngaras participaron en el proyecto.
Perfil biológico y análisis de dieta
El análisis antropológico mostró que el hombre enterrado bajo el suelo del monasterio en la Isla Margarita tenía poco más de veinte años. Se realizaron dataciones por radiocarbono en dos laboratorios para asegurar la precisión después de que las primeras mediciones de 14C sugirieran una fecha ligeramente anterior a la esperada (segunda mitad del siglo XIII). Pruebas adicionales del Instituto de Investigación Nuclear (Debrecen) revelaron que la fecha inesperadamente temprana se debió a hábitos dietéticos. El individuo había consumido grandes cantidades de proteína animal, incluyendo pescado y posiblemente mariscos que se alimentaban de fuentes de carbono antiguas, creando un conocido efecto de "reservorio" en los huesos.
El equipo también examinó el cálculo dental para reconstruir aún más su dieta. Se recuperaron más de mil microfósiles del sarro. Granos de almidón de trigo y cebada, junto con claras evidencias de molienda, cocción y horneado, indicaron que sus comidas incluían sémola de trigo cocida y pan de trigo horneado.
El análisis de isótopos de estroncio, que ayuda a determinar dónde vivió una persona durante diferentes etapas de su vida, mostró que el individuo no creció en el mismo lugar donde fue enterrado. Las firmas isotópicas de su infancia temprana coincidieron con las encontradas en la región de Vukovar y Syrmia (actualmente parte de Croacia y Serbia; anteriormente esta región formaba parte del Banato de Macsó del Reino Medieval de Hungría), así como en otras partes de la Cuenca de los Cárpatos. Más tarde en la infancia, se trasladó a un área diferente, posiblemente cerca de la actual Budapest.
Pruebas genéticas vinculan el esqueleto a linajes reales
La confirmación final de la identidad se llevó a cabo en el Instituto de Arqueogenómica de ELTE RCH por Anna Szécsényi-Nagy y Noémi Borbély. Múltiples líneas de evidencia genética respaldaron las conexiones genealógicas descritas en documentos históricos. Los resultados muestran que Béla de Macsó era el bisnieto (descendiente de cuarto grado) del rey Béla III, y su distancia genética a San Ladislao se ajusta a este patrón de linaje esperado.
El análisis genómico reveló que el duque tenía un fuerte componente genético escandinavo (casi la mitad), una significativa ascendencia del Medio Oriente y un componente más pequeño de Europa Central de la alta edad media. La contribución escandinava respalda su descendencia de la dinastía Rurik, mientras que el componente del Medio Oriente puede corresponder a su abuela materna, Maria Laskarina, miembro de la familia imperial bizantina y esposa de Béla IV. Los resultados del cromosoma Y también confirman la línea paterna Rurik documentada históricamente. Un estudio arqueogenómico ruso de 2023 mostró que un Rurikid del siglo XIII (Dmitry Alexandrovich) pertenecía a la misma línea paterna, que se puede rastrear hasta Yaroslav I (Yaroslav Vladimirovich, también conocido como Yaroslav el Sabio). Los datos genéticos de los descendientes actuales de los Rurikid refuerzan aún más esta conexión.
Reconstruyendo un asesinato coordinado y brutal
Para entender cómo murió Béla y comparar la evidencia con los relatos medievales, el equipo realizó una detallada investigación antropológica forense. El análisis documentó 26 lesiones perimortem, incluyendo nueve en el cráneo y 17 en el resto del cuerpo, todas infligidas durante un único ataque violento. El patrón de heridas sugiere que tres agresores participaron: uno lo confrontó de frente mientras los otros golpearon desde la izquierda y la derecha.
Las heridas muestran que Béla reconoció el ataque y trató de defenderse. Es probable que se utilizaran dos tipos de armas, probablemente un sable y una espada larga. La profundidad y claridad de los cortes indican que no llevaba armadura cuando fue asesinado. La secuencia reconstruida de la violencia comienza con golpes en la cabeza y el torso, seguidos de lesiones defensivas severas mientras intentaba bloquear más golpes. Finalmente, fue incapacitado por golpes desde los lados, y una vez que cayó al suelo, los atacantes le propinaron golpes mortales en la cabeza y la cara. El número y la intensidad de estas lesiones apuntan a una fuerte motivación emocional (por ejemplo, ira repentina, odio), mientras que la naturaleza coordinada del ataque sugiere planificación. Aunque el asesinato del Duque Béla en noviembre de 1272 parece haber sido en parte o totalmente premeditado, la forma en que se llevó a cabo indica que no fue realizado de manera calmada.
Investigadores e instituciones que participaron en el proyecto de investigación:
Lectura rápida
¿Qué se descubrió?
Se identificaron los restos del Duque Béla de Macsó, hallados en Budapest, tras 700 años de misterio.
¿Quién lideró la investigación?
La investigación fue liderada por Tamás Hajdu de la Universidad Eötvös Loránd.
¿Cuándo ocurrió el asesinato?
El Duque Béla fue asesinado en noviembre de 1272.
¿Dónde se encontraron los restos?
Los restos fueron hallados en el monasterio dominicano de la Isla Margarita, Budapest.
¿Cómo se confirmó su identidad?
Se utilizó análisis genético y forense para confirmar la identidad de los restos.





