Científicos del CONICET exploran ecosistemas extremos en el Mar Argentino

Un grupo de científicos del CONICET, junto a colegas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA y del exterior, llevó a cabo una nueva campaña en el Mar Argentino a bordo del buque RV Falkor (too), perteneciente al Schmidt Ocean Institute (SOI). El objetivo de esta expedición fue estudiar los ecosistemas más extremos y menos explorados del fondo marítimo, centrándose en las comunidades quimiosintéticas, que son organismos que sobreviven en las profundidades oceánicas mediante el consumo de energía química proveniente de filtraciones de gas metano.

El proyecto fue seleccionado entre numerosas propuestas nacionales e internacionales y se encuentra entre las ocho expediciones elegidas para explorar el océano Atlántico Sudoccidental. De estas, tres son dirigidas por científicos argentinos. La expedición, que se desarrolló del 14 de diciembre de 2025 al 10 de enero de 2026, incluyó transmisiones en vivo por streaming para que el público pudiera seguir el avance de la investigación.

La jefa científica e investigadora principal de la campaña, María Emilia Bravo, es investigadora del CONICET en el Instituto de Geociencias Básicas, Aplicadas y Ambientales de Buenos Aires (IGeBA, CONICET-UBA). Junto a ella, Melisa Fernández Severini, investigadora del CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, CONICET–UNS), también forma parte del equipo de investigación.

Estudio de los ecosistemas quimiosintéticos

A pesar de que las filtraciones de gas metano crean ambientes extremos y nocivos para la mayoría de las formas de vida, las comunidades quimiosintéticas encuentran su sustento en ellas. Estas comunidades, compuestas principalmente por bacterias, arqueas y fauna bentónica, actúan como productores primarios, capaces de nutrirse de compuestos inorgánicos. Se estima que estos organismos pueden consumir y atrapar hasta el 80% del gas metano antes de que escape hacia el océano y la atmósfera.

En campañas anteriores realizadas a bordo del buque ARA Austral del CONICET, se hallaron los primeros ecosistemas quimiosintéticos en el talud del Mar Argentino. En esta nueva expedición, se utilizó la tecnología del ROV SuBastian, un vehículo submarino operado de manera remota que puede alcanzar profundidades de hasta 4.500 metros. A través de esta herramienta, se tomaron muestras de agua, sedimentos y organismos, y todas las inmersiones fueron transmitidas en vivo.

Uno de los objetivos centrales de la expedición fue comprender el rol del metano en el modelado de las características biológicas, físicas y químicas de estos ecosistemas. El estudio se realizó en diferentes áreas del talud continental argentino, permitiendo comparar distintos ambientes y analizar cómo las condiciones químicas y fisicoquímicas asociadas a las filtraciones de metano influyen en la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas quimiosintéticos.

Microplásticos y ecosistemas quimiosintéticos

Otro de los propósitos de la expedición fue evaluar la presencia de microplásticos en el agua, los sedimentos y los organismos, y determinar cómo estos contaminantes pueden afectar la dinámica de las comunidades quimiosintéticas. Este análisis fue fundamental para comprender el destino de los microplásticos en el océano profundo y los procesos que controlan su transporte y deposición.

La expedición, que involucró a un equipo de 25 personas, incluyó científicos de diversas instituciones, como el IGeBA, el IADO, el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA), el Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN, CONICET), y universidades de Estados Unidos y Uruguay.

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