Política y farándula, amores y odio: Milei, Lali, Fátima, Trump y Taylor Swift

Julio Perotti

Parece que se necesitan mutuamente. 

Política y farándula han escrito páginas y páginas en las revistas del corazón y en los medios políticos, sin distinción.

Es una relación compleja y multifacética.

Se manifiesta de diversas maneras, con diferentes actores e intereses en juego.

¿Cómo se conectan estos dos mundos?

1. Vemos famosos incursionando en la política. Altruistas o interesados que se montan sobre su fama. Ejemplos sobran.

Algunos triunfan y llegan lejos. Ronald Reagan, gran actor de películas de cowboys de nuestra infancia, llegó a Presidente de los Estados Unidos. Otros dos ejemplos: Arnold Schwarzenegger (fisicoculturista, gobernador de California), Volodymyr Zelenskyy (comediante, presidente de Ucrania). Ramón “Palito” Ortega fue gobernador de Tucumán…

2. Políticos utilizando la farándula o farandulizando su acción para llegar al público.

Veamos el caso de Javier MIlei. De novio con una actriz, Fátima Florez. Pero a la vez atacando a cantantes como Lali Espósito a propósito de motosierra en los gastos del Estado que financia festivales.

Paralelamente, Milei le responde a Cristina Kirchner que lo trató de “showman”: “Los nuevos tiempos requieren de un poco de show”

3. La farándula como herramienta de propaganda política o como parte de los relatos.

El kirchnerismo fue especialista en tener celebridades como voceros que promovían la la agenda del gobierno o para atacar a sus opositores.

Todo esto ocupa lugar en la agenda de los medios. Hay programas que se dedican exclusivamente a remover relaciones, declaraciones, gestos para armar un show que, siempre, deja de lado la profundidad de los problemas.

Milei vs Lali Espósito, Peteco Carabajal versus Victoria Villarruel.

Donald Trump vs Taylor Swift. ¿Qué pasó entre ellos? Es Milei y Lali, versión United States.

Paralelismo argento: Trump acusó a Swift y otros artistas de beneficiarse con la Ley de Modernización de la Música, que les ayudó a ganar regalías y derechos de licencia más fácilmente a través de servicios de transmisión de música, y que fue aprobada durante su presidencia.

Y, por eso, si Taylor vota a Joe Biden será desleal…

Y aquí quiero detenerme: ¿Cuál es el umbral de tolerancia de la sociedad para que esto deje de ser un entretenimiento y se convierta en una preocupación por el tiempo que se dedica a este show y no abordar las imprescindibles soluciones para el país?

Show no mata ajuste