Marcha del 24: de la grieta a la interna
23/03/2022 | 14:43Redacción Cadena 3
Hay muchas expectativas por la conmemoración del golpe de Estado de mañana 24 de marzo. A 46 años de la irrupción del terrorismo de Estado, los organismos de derechos humanos se aprestan a marchar. Desde hace años, desde que el kirchnerismo escrituró a su nombre a Madres de Plaza de Mayo y su sistema satelital de entidades, el 24 de marzo se puso al servicio de un lado de la grieta. Mucha gente dejó de participar dado que la vieja bandera estratégica de los derechos humanos se transformó en una herramienta táctica de los K. En concreto: marchar era hacerle número al kirchnerismo, que usó partidariamente esta celebración. La izquierda trotskista fue una excepción: a veces se plegó; otras veces organizó sus propios actos.
La marcha de mañana va a ser distinta, porque está cruzada por el quiebre del Frente de Todos y el gobierno, que se han partido en dos. Y en ese divorcio empiezan a repartirse los bienes: qué quedará para Cristina y qué quedará para Alberto y los demás.
Uno de los bienes más valiosos son los derechos humanos. Que no son gananciales. Son propiedad de Cristina. Ayer Cristina se reunió con la CEO de los organismos, Hebe de Bonafini, cuya consigna para convocar a la marcha lo dice casi todo: "Con el FMI en el país, morirán más niños de hambre".
Con semejante proclama es difícil imaginar que los funcionarios de Alberto y los peronistas y kirchneristas que avalan el acuerdo con el FMI tengan muchas ganas para ir a la marcha. De hecho, Alberto tomará distancia. Se limitará a un acto cerrado en el Conicet. Iba a participar del acto en La Rioja pero al final se quedó. Tampoco es cuestión de dar la imagen que te vas de la puja.
Nadie sabe si Cristina estará en el acto de sus organismos de derechos humanos. Por lo pronto, desde La Cámpora anticipan que harán una movilización histórica. "La carta será la plaza", dicen, para dar a entender que el acto será masivo, suficiente para que Cristina haga una demostración de fuerza, sin necesidad de escribir la carta que espera el albertismo para saber si Cristina sigue o no sigue siendo parte del gobierno. Lo cierto es que quienes asistan, al menos al acto de la Capital Federal, en este contexto van a terminar haciendo bulto para Cristina, no para los derechos humanos.
En definitiva, la bandera de los derechos humanos, puesta desde hace años al servicio del kirchnerismo en la disputa de la grieta, esta vez estará puesta al servicio de Cristina, pero para disputar una interna. Qué le hace una degradación más a un acto que debería ser de todos pero que hace rato dejó de serlo.





