Cómo "Jaws" transformó el cine y qué lecciones puede aprender Hollywood hoy

A medio siglo de su estreno, "Jaws" (“Tiburón”) dejó una marca indeleble en la industria cinematográfica y en la cultura popular, cambiando para siempre la percepción del cine de verano.

La película, dirigida por Steven Spielberg y estrenada en 1975, redefinió la experiencia de ir al cine, convirtiendo los días de playa en momentos de tensión. 

Su estreno, que tuvo lugar en 409 cines el 20 de junio de 1975, recaudó un récord de 7,9 millones de dólares en sus primeros días, estableciendo un patrón que Hollywood continuaría siguiendo a lo largo de las décadas.

Más que solo una película de éxito, "Jaws" marcó el inicio de la era de los blockbusters. Aunque "The Godfather" (“El Padrino”) había intentado, unos años antes, capturar la atención del público de manera similar, la estrategia de difusión masiva de Universal Pictures hizo de "Jaws" una referencia ineludible para cualquier producción posterior de acción y aventura en la temporada estival, una época que solía ser tranquila en las salas de cine.

Sin embargo, el impacto de "Jaws" trasciende su éxito financiero. Es una película que destacó por su calidad narrativa y cinematográfica, y su influencia perdura incluso después de tantos años. 

Esta obra maestra supo captar la esencia de su contexto histórico y cultural, elevándose por encima de sus sucesores que han tratado de replicar su fórmula sin el mismo nivel de éxito.

Robert Zemeckis, conocido cineasta, comentió que la película "supercargó el lenguaje del cine". En ese sentido, la celebración de su aniversario incluye un nuevo documental titulado "Jaws @ 50: The Definitive Inside Story", que se presentará el 10 de julio por National Geographic.

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Martha’s Vineyard, escenario de rodaje de "Jaws", organiza eventos en conmemoración del film, como conciertos y proyecciones especiales. 

La película estará disponible en Peacock hasta el 14 de julio, además de una emisión especial en NBC con una introducción de Spielberg. La celebración se siente como un acontecimiento casi nacional, y con razón.

A pesar de la relevancia de "Jaws", Hollywood a menudo ha fallado en aprender las lecciones que ofrece. Frases como "Necesitamos un barco más grande" se han interpretrado literalmente, conduciendo a producciones que dependen en exceso del espectáculo y de los efectos especiales, ignorando lo que realmente hizo a "Jaws" un título icónico.

En su 50 aniversario, es crucial que la industria reflexione sobre lo que "Jaws" representó y las lecciones que aún puede impartir al cine actual.

Así, exploramos aspectos clave que Hollywood podría aprender de "Jaws" en su medio siglo de existencia.

La elección de la locación fue fundamental. Spielberg creyó firmemente que la historia no podía ser trasladada a un estudio, y su decisión de filmar en Martha’s Vineyard no solo incrementó la autenticidad, sino que también resaltó el valor del entorno natural, una estrategia que muchas producciones modernas parecen olvidar.

A pesar de las dificultades que enfrentó Spielberg durante el rodaje, incluyendo un presupuesto que casi se triplicó y múltiples sobresaltos en la producción, se erige como un testimonio de su visión artística. 

Más que un simple proyecto cinematográfico, fue una batalla entre la ambición del director y los desafíos impuestos por el medioambiente.

La historia recuerda que no era necesario exhibir el tiburón constantemente para generar miedo. Spielberg conoció la importancia del suspenso, utilizando la imaginación del espectador para crear su terror. 

Este enfoque minimizó los daños del tiburón mecánico durante el rodaje, convirtiéndose en una estrategia que resultó en unos ingresos enormes, lo que demuestra que, a menudo, lo menos es más. "Jaws" se destaca por su escala humana, su profundidad emocional y su historia cautivadora, incluso con solo tres personajes principales que dan vida a la historia.

En última instancia, "Jaws" es una película que no solo buscó atraer grandes audiencias; también generó un diálogo sobre los miedos contemporáneos y reflejó una crítica sutil al capitalismo. 

En una época pos-Vietnam y de desconfianza política, "Jaws" sirvió como una metáfora de la lucha entre el bien común y los intereses comerciales.

Aquellas lecciones atemporales deben resonar en el Hollywood actual. La industria del cine necesita recordar que, más allá de los recursos y la tecnología, lo esencial es una buena historia y personajes memorables. 

El legado de "Jaws" es un recordatorio persistente de que el verdadero éxito radica en capturar la esencia humana en la narración cinematográfica.

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