La Clínica del Reloj: 72 años de tradición familiar en el corazón de Córdoba
En diálogo con Cadena 3, Julián López Sastre compartió la historia del proyecto, los desafíos de mantener un negocio en tiempos modernos y el secreto para seguir vigentes en un mercado cambiante.
01/05/2025 | 15:33Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
En el emblemático Pasaje Muñoz, en el centro de Córdoba, un pequeño local con una ventanita lleva 72 años marcando el tiempo de la ciudad. Se trata de La Clínica del Reloj, una empresa familiar fundada en 1953 por un inmigrante español, abuelo de Julián López Sastre, quien representa la tercera generación de relojeros que mantiene vivo este legado.
En una entrevista con Cadena 3, Julián compartió la historia de la empresa, los desafíos de mantener un negocio en tiempos modernos y el secreto para seguir vigentes en un mercado cambiante.
La historia de La Clínica del Reloj comenzó el 6 de enero de 1953, cuando el abuelo de Julián, llegado de niño a Argentina desde España, decidió ganarse la vida como relojero. Con un modesto taller bajo la escalera del Pasaje Muñoz, en el local 8, dio inicio a lo que hoy es un ícono cordobés.
"Ahí sigue el local, con sus puertas abiertas, muy tradicional en la galería", contó Julián. Con el tiempo, el negocio creció: se amplió al local contiguo y se sumaron sucursales en la Galería Planeta y, hace nueve años, en el Paseo del Jockey. Estas tres locaciones son testimonio de la resiliencia de una empresa que ha sobrevivido a crisis económicas y cambios culturales durante más de siete décadas.
El oficio de relojero, corazón del negocio, se transmitió de generación en generación. "De chicos, íbamos los sábados al local donde trabajaban nuestros padres, a acompañarlos. Después, cada uno estudió su profesión, pero hoy todos estamos al 100% detrás de los locales", explicó Julián.
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Aunque no todos los miembros de la familia se formaron inicialmente como relojeros, el aprendizaje se dio "en la cancha, en el día a día". La empresa combina el servicio técnico de relojes con la venta de diversas marcas, adaptándose a las necesidades de un público que, según Julián, sigue valorando el reloj no solo como herramienta, sino como accesorio de moda.
En un contexto donde los relojes digitales y los celulares podrían haber desplazado al reloj tradicional, La Clínica del Reloj supo mantenerse vigente. "Con el tiempo, las necesidades y los gustos cambian. El celular hizo que se use un poco menos, pero el reloj sigue siendo un accesorio de moda", afirmó Julián.
La clave está en la innovación y la adaptación: "Tratamos de ver cuáles son las nuevas tendencias y apuntar la clínica a eso para mantenernos vigentes. Si nos quedamos siempre igual, nos estancamos". Este enfoque les permitió sortear los desafíos de un mercado competitivo y de un país con constantes vaivenes económicos.
Mantener un negocio familiar durante 72 años no fue fácil, especialmente en un contexto donde muchos comercios cerraron sus puertas. Julián reconoció que, en algún momento, los miembros de la familia exploraron otros caminos, pero hoy todos están plenamente comprometidos con La Clínica del Reloj, su actividad principal.
"¿La clave? Trabajar, mirar siempre para adelante. En Argentina siempre hay palos en la rueda, momentos más duros, pero si uno tiene claro qué quiere y hacia dónde va, el camino es más claro", reflexionó. El esfuerzo, la claridad de objetivos y la capacidad de adaptarse a las circunstancias fueron fundamentales para que la empresa no solo sobreviva, sino que prospere.
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