Cerca de 900 civiles alauitas fueron asesinados por fuerzas progubernamentales en Siria
Habrían participado civiles armados bajo supervisión oficial y esto desató a una escalada de violencia sectaria tras ataques contra el nuevo gobierno sunita.
04/05/2025 | 22:51Redacción Cadena 3
Cerca de 900 civiles, en su mayoría pertenecientes a la comunidad alauita, habrían sido asesinados en el litoral sirio a inicios de marzo. Esta región costera, históricamente controlada por el régimen alauita, vivió una masacre de gran magnitud tras los ataques de combatientes leales al derrocado presidente Bashar al-Assad contra las fuerzas de seguridad del nuevo gobierno el 6 de marzo.
Al día siguiente, se desató una ola de represalias indiscriminadas dirigidas contra civiles alauitas en aldeas como Sanobar, de acuerdo a informes de testigos y grupos humanitarios.
Uno de los acusados en estos hechos, Abu Khalid, confesó haber asistido armado como civil a Sanobar el 7 de marzo, y aseguró que él y otros combatientes actuaron bajo la supervisión del Departamento de Seguridad General del gobierno, el cual les habría instruido no atacar a civiles. Sin embargo, Khalid fue grabado mientras disparaba y asesinaba a un hombre de 64 años, Mahmoud Yusef Mohammed, en la entrada de su hogar. Aunque alegó que la víctima era un insurgente armado, las imágenes no respaldan su versión. Actualmente se encuentra detenido.
La policía militar siria negó cualquier relación con Khalid y sostuvo que no se realizó coordinación oficial con grupos civiles armados en estos incidentes.
La comunidad alauita, que representa aproximadamente el 10% de la población siria y es una rama del islam chiita, ha estado históricamente asociada al poder en Siria, especialmente durante el mandato de Assad. Desde su derrocamiento, estos han sido blanco de represalias por sectores ligados al nuevo gobierno sunita.
La violencia en Sanobar es parte de una tendencia más amplia en la región, con informes que apuntan a ejecuciones sumarias y ataques coordinados contra aldeanos alauitas, así como enfrentamientos entre milicias locales y fuerzas de seguridad. Testigos indican que, en algunos casos, unidades gubernamentales intervinieron para proteger a civiles, aunque esa protección no resultó suficiente para evitar la masacre.
A pesar de que la costa siria había estado relativamente aislada del resto del conflicto, los recientes sucesos exponen su vulnerabilidad ante tensiones sectarias aún latentes que caracterizan la situación en el país. La falta de rendición de cuentas, la ambigüedad del rol de las fuerzas de seguridad y la presencia de milicias no oficiales crean un ambiente propenso a nuevas escaladas de violencia en la región.




