Un hongo con aroma a flor, el nuevo aliado contra los mosquitos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Maryland desarrolló un innovador hongo que emite un aroma floral, diseñado para engañar a los mosquitos y provocar su muerte. Este hongo, que libera largifoleno, un compuesto químico natural que capta la atención de estos insectos, representa un enfoque alternativo y biodegradable en la lucha contra las enfermedades que portan los mosquitos, como el dengue y el zika.

La técnica se basa en la atracción natural de los mosquitos hacia las flores, que les proporcionan néctar, su fuente principal de alimento. Según Raymond St. Leger, coautor del estudio y profesor de Entomología, el equipo decidió potenciar esta atracción al modificar un hongo del género Metarhizium para que emitiera un aroma más potente, similar al de las flores. Esto permitió que los mosquitos se acercaran al hongo, donde podían ser infectados y, eventualmente, morir.

El estudio, publicado en Nature Microbiology el 24 de octubre de 2025, reveló que el hongo puede eliminar entre el 90% y el 100% de los mosquitos en condiciones de laboratorio, incluso en ambientes saturados de olores competidores, como los de las personas y las flores reales.

El hongo es completamente seguro para los humanos, dado que el largifoleno se utiliza comúnmente en perfumes y otros productos sin que haya reportes de efectos adversos. Además, se desarrolló de manera que solo ataca a los mosquitos, reduciendo el riesgo para otras especies de insectos.

Otro de los aspectos destacados por St. Leger es que este método puede ser difícil de evadir para los mosquitos, a diferencia de los pesticidas químicos a los que han comenzado a desarrollar resistencia. En caso de que alguna evolución les permita ignorar el largifoleno, el equipo podría ajustar el hongo para producir otros aromas florales, dificultando aún más que los mosquitos puedan evadir su efecto.

La producción del hongo se presenta como una alternativa económica y escalable, utilizando materiales actualmente disponibles, como residuos de productos agrícolas, lo que facilitaría su distribución en regiones de bajos recursos, donde las enfermedades transmitidas por mosquitos son un problema grave.

Con el avance del cambio climático, las enfermedades que transmiten los mosquitos están comenzando a aparecer en áreas que anteriormente no estaban afectadas. El equipo de investigación ya realiza ensayos a mayor escala en exteriores, con el objetivo de preparar el hongo para su evaluación regulatoria final, esperando que esta innovación redunde en una herramienta eficaz en la lucha contra estas enfermedades a nivel global.

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