Las puertitas del doctor Lijo
06/03/2025 | 17:03Redacción Cadena 3

A esta hora, el juez Ariel Lijo debe estar dándole vueltas a su futuro:
Acepta ir a al Corte, pero condicionado a que se apruebe su pliego de acá a noviembre y se arriesga a quedar afuera si no pasa el Senado.
O se asegura el trabajo en el juzgado y no pone nada en riesgo. Poder e influencia seguirían en sus manos.
Una brevísima historia:
Lijo fue designado por decreto el 25 de febrero de 2025 por el gobierno de Javier Milei como miembro de la Corte Suprema, junto a Manuel García-Mansilla.
Su plan era asumir sin renunciar a su juzgado en Comodoro Py, para lo cual pidió una licencia extraordinaria que le permitiera volver si el Senado no aprobaba su pliego antes de noviembre.
Si bien la Cámara Federal le aprobó el pedido, este jueves por la mañana la Corte, con un fallo de 3 a 1 el 6 de marzo de 2025, rechazó esa maniobra.
Esto deja su incorporación en suspenso y lo fuerzan a elegir: renunciar a su juzgado o desistir del máximo tribunal.
La postulación de Lijo, iniciada en marzo de 2024, ha sido cuestionada por su historial: 32 denuncias en el Consejo de la Magistratura en 20 años, acusaciones de lentitud en causas de corrupción (solo una minoría de 89 casos llegó a juicio) y sospechas de parcialidad y enriquecimiento ilícito. A pesar de no haber sido sancionado, su trayectoria compromete la legitimidad de la Corte.
El gobierno, que prometió combatir "la casta", contradice su discurso al impulsarlo por decreto, eludiendo el Senado, donde su pliego aún no tiene los votos necesarios.
En la Corte, Lijo tuvo sólo el apoyo de Ricardo Lorenzetti, quien se dice que es el que sugirió el nombre al Gobierno.
Manuel García-Mansilla, compañero de ruta de Lijo en el camino y que pudo asumir en la Corte, votó por no aprobar la licencial.
Esto claramente expone las tensiones y debilidades de un proceso bajo sospecha.