La Argentina, un péndulo político en eterno movimiento
04/08/2025 | 17:12Redacción Cadena 3
En Argentina, la política pareciera encerrada en un círculo perpetuo de dos grandes fuerzas enfrentadas.
La polarización entre peronismo y antiperonismo condiciona el escenario desde hace décadas y deja escaso espacio para que una tercera opción logre consolidarse.
En este contexto surge el reciente “grito federal” de cinco gobernadores provinciales, un intento por articular una alternativa que escape a los extremos.
Pero la pregunta es inevitable: ¿es posible romper la lógica binaria en un país donde la grieta parece estructural?
La grieta no es solo una pugna ideológica; es también cultural y emocional.
Pensemos por un segundo las razones que lo llevaron a Javier Milei a la Presidencia.
En algún momento, Milei supo captar bronca contra lo que él bautizó como “casta” y envolvió en ese paquete a todos los que gobernaron la Argentina hasta ahora, no importa el signo político.
Aún así, el peronismo o al menos parte de él, el kirchnerismo, es lo que se asoma al frente como contramileísmo.
Es lo que se plantea como presente/futuro versus pasado.
La historia revela que las terceras fuerzas suelen diluirse en la grieta.
Algunos ejemplos: José Octavio Bordón en 1995, Ricardo López Murphy con Recrear en 2003 o Roberto Lavagna con Consenso Federal en 2019 intentaron sin éxito consolidar una alternativa fuerte.
Por otro lado, la polarización no es solo electoral sino estructural.
Hoy más que nunca, las redes amplifican la narrativa binaria y el sistema político argentino, con fuerte presidencialismo y alianzas provinciales, favorece a los grandes bloques.
Los gobernadores, por más poder regional que tengan, les resulta difícil articular una propuesta nacional sin ser cooptados por la grieta.
En principio, el propio fenómeno de Milei y su llegada en 2023 demostró que el hartazgo ciudadano por la polarización estaba latente, especialmente entre los sectores medios.
Pero lo que queda ahora es una profundización de esa grieta. El mismo Milei la empuja.
Bien que se revisen las encuestas, como en el caso de la que elabora la Universidad de San Andrés, se encuentra que Milei ve caer la aprobación a su gestión, pero aún está en el 42 por ciento, contra un 55 por ciento de desaprobación..
Y ese 40 por ciento, en ese país, es suficiente para ganar elecciones.
De momento, ese favor social se sustenta sobre la baja de la inflación.
Lo que viene será la necesidad de contar con más plata en el bolsillo.
La encuesta de San Andrés revela que la preocupación está liderada por los bajos salarios (36 por ciento) y el desempleo (32 por ciento), mientras sigue cayendo la preocupación por la Inflación (14%).
Y ese es, qué duda cabe, el eje de preocupación social de los próximos meses y lo que, con mucha probabilidad, defina el futuro electoral, no importa las vías que haya.
Alguna vez en la época de Raúl Alfonsín, su ministro de Economía, Juan Carlos Pugliese, enfrentó una crisis con una frase que se hizo célebre: “Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”.
Seguramente los gobernadores recordarán aquello para advertir que Milei tiene cartas bajo la manga…
a manga…




