Con los presidentes argentinos: tensiones, gestos y desencuentros
A lo largo de los últimos años, la relación del pontífice con los mandatarios reflejó no solo diferencias personales y políticas, sino también el complejo papel del Vaticano en la escena nacional.
21/04/2025 | 06:02Redacción Cadena 3
Desde su elección en 2013 y hasta su muerte, Jorge Mario Bergoglio, convertido en el papa Francisco, mantuvo una relación compleja con los mandatarios argentinos.
Su vínculo con Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri, Alberto Fernández y Javier Milei estuvo marcado por gestos de acercamiento, tensiones políticas y mensajes indirectos que han influido en la dinámica del país.
Cristina Kirchner
De la desconfianza al acercamiento
La relación entre Bergoglio y Cristina Kirchner tuvo un punto de inflexión cuando el cardenal porteño fue elegido papa en 2013.
Hasta ese momento, la entonces presidenta y su entorno mantenían una relación distante e incluso hostil con el arzobispo de Buenos Aires.
Sin embargo, tras su ascenso al Vaticano, Cristina buscó acercarse, visitándolo en varias oportunidades e intercambiando gestos cordiales.
A lo largo de su papado, Francisco mostró preocupación por la situación social y económica de Argentina, lo que llevó a interpretaciones de que su postura podía beneficiar al kirchnerismo.
Las múltiples visitas de la exmandataria al Vaticano y su trato deferente contrastaron con el distanciamiento que mostró con su sucesor en la Casa Rosada.
Mauricio Macri
Frialdad institucional
Con la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia en 2015, la relación con el papa Francisco se caracterizó por una notable frialdad.
A diferencia del vínculo con Cristina Kirchner, el Papa tuvo pocos encuentros con Macri y en algunas reuniones su actitud distante fue evidente, como en la audiencia de 2016 en la que una fotografía del encuentro reflejó la seriedad del pontífice.
Durante el gobierno de Macri, el papa Francisco mostró preocupación por las políticas de ajuste económico y su impacto en los sectores más vulnerables.
Aunque el expresidente intentó mostrarse cercano al Vaticano, las diferencias ideológicas y la distancia en sus posturas sobre la economía y la justicia social marcaron un vínculo más bien protocolar.
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Alberto Fernández
Sintonía inicial y desencanto
Alberto Fernández asumió la Presidencia en 2019 con la esperanza de restablecer un lazo fluido con el papa Francisco.
Al comienzo de su mandato, el pontífice recibió en varias ocasiones al Presidente y a miembros de su gabinete, además de enviar mensajes de apoyo a su gestión en el contexto de la pandemia.
Sin embargo, con el tiempo, la relación se fue enfriando. El manejo de la economía, la sanción de la ley del aborto en 2020 y la falta de resultados concretos en la lucha contra la pobreza fueron factores que generaron un distanciamiento.
Aunque nunca hubo un quiebre explícito, el Papa evitó pronunciamientos que pudieran interpretarse como un respaldo abierto al gobierno de Fernández.
Javier Milei
De las críticas al intento de reconciliación
La llegada de Javier Milei a la presidencia en 2023 trajo consigo una relación inédita con el Vaticano.
Antes de su elección, Milei había realizado duras críticas a Francisco: lo calificó de "representante del maligno en la Tierra" y cuestionó su visión sobre la economía y la justicia social.
Sin embargo, tras su triunfo electoral, el mandatario adoptó una postura más conciliadora, enviando mensajes de respeto y buscando recomponer el vínculo.
Francisco, por su parte, respondió con diplomacia, y evitó confrontaciones directas y recibiendo a funcionarios del gobierno de Milei en el Vaticano.
El gran gesto de distensión se dio con la invitación al presidente a la canonización de Mamá Antula en febrero de 2024, un evento que marcó un punto de inflexión en la relación entre ambos líderes.




