La brecha de consumo: un sector viaja a Miami y otro lucha día a día

La fractura económica va más allá de la política y ahora se hace evidente en los hábitos de consumo de la población argentina. Analistas de mercado identificaron dos grupos claros en cuanto a sus posibilidades de gasto.

Por un lado, existe una clase media alta que ha logrado recuperar su poder adquisitivo, permitiéndose salidas a comer, pedidos de delivery, viajes al extranjero y compras de ropa de marca en centros comerciales, lo que ha impulsado un crecimiento en las ventas de estos rubros.

Por el otro, están los sectores de clase media y media baja que enfrentan cada vez más dificultades. La realidad para ellos es complicada; los salarios en varias industrias están por debajo de los promedios publicados por el INDEC, lo que dificulta cubrir las necesidades básicas.

A pesar de que el informe revela una recuperación económica del -5,8% anual, la desigualdad en los patrones de consumo es cada vez más evidente. Mientras el consumo masivo se estanca, las ventas de bienes duraderos e importados, como electrodomésticos y artículos de electrónica, están en auge. Asimismo, el turismo emisivo ha marcado cifras récord en dólares, especialmente en destinos como Miami, Brasil y Chile, conocidos por atraer a aquellos que pueden permitírselo.

Un estudio de la consultora Moiguer y Asociados dejó en claro que los grupos más bajos enfrentan serios obstáculos para cubrir gastos esenciales, mientras que los sectores medio-altos y altos incrementan su nivel de gastos en viajes y compras internacionales, así como en ahorros en dólares.

El 50% de la población no logra llegar a fin de mes y un 30% de los consultados ha tenido que reducir sus gastos para poder afrontar el pago de servicios, tarifas que se incrementaron considerablemente desde que el gobierno de Javier Milei liberó los precios. Además, un 23% de la población compra dólares y un 11% realiza compras en plataformas internacionales.

En Buenos Aires, una familia tipo que en noviembre de 2023 abonaba $20.000 por la factura de gas, ahora gasta $200.000, es decir, un incremento exponencial en los costos de servicios básicos. El servicio de agua y cloacas también sufrió aumentos alarmantes en esta administración, con un incremento que ya venía en aumento desde el gobierno previo de Alberto Fernández.

La caída en el consumo básico

Las ventas de productos esenciales, como alimentos y bebidas, cayeron en mayo un 7,6%, así como también se registraron bajas en sectores como calzado y marroquinería (0,5%), textil e indumentaria (1,8%), farmacia (1,5%) y perfumería (5,2%), según información de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

A pesar de las caídas en el consumo, se reportó un aumento del 60% en las importaciones de bienes y un crecimiento del 11% en la compra a través de plataformas extranjeras.

Los datos oficiales también mostraron un crecimiento interanual de 94% en el patentamiento de autos y del 80% en el turismo emisivo en mayo, junto con un 18% de incremento en el consumo de nafta premium y un 9% en ventas durante el Hot Sale.

Fernando Moiguer, CEO de la consultora Moiguer, aseveró que aunque la economía tuvo un repunte en el primer trimestre, se encontró en un proceso de desaceleración en el segundo, lo que afectó la confianza de los consumidores.

Los sectores más privilegiados pudieron ampliar sus gastos, dado que “sus ingresos están atados a un dólar que se presenta como más accesible”. En cambio, los medios siguen sufriendo la presión de las tarifas, mientras que los sectores más vulnerables dependen en gran medida de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que subió a un ritmo menor que la inflación.

Con el creciente aumento de los costos de salud, muchas personas de la tercera edad deben recurrir a la ayuda de familiares para salir adelante.

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