Volvió Francella: lo mejor y lo peor de la nueva temporada de "El encargado"

Por Francisco Vidal

Guillermo Francella regresó a Star+ con la segunda temporada de la exitosa serie "El encargado" con uno de los personajes que mejor le sientan, ese portero que le permite combinar su ductilidad para la comedia con una repentina oscuridad.

Mariano Cohn y Gastón Duprat, después de estrenar "Nada" (con Luis Brandoni y Robert De Niro), vuelven a hacer un fresco caricaturesco de ciertos personajes sociales con las vivencias de Eliseo, el encargado de un edificio que detrás de una máscara de buen tipo esconde una gran ambición de poder y control sobre los residentes.

Acá los problemas aparecen con Lucila Morris (María Abadi), una nueva propietaria que, famosa por tener una ONG  y de compromiso social algo cool, quien querrá buscar la mugre bajo la alfombra que fue dejando Eliseo. 

Todo esto llevará a este protagonista que por momentos nos identifica y por otros nos repele a aliarse con un viejo enemigo, el abogado Matías Zambrano (un Puma Goity que es de lo mejor de la serie).

Eliseo sigue siendo un triunfador, quiere tener todo bajo control y va a superar cualquier límite para evitar que eso se termine. 

En Lucila y en varias situaciones más se desnuda la capacidad que tiene la dupla creativa de recrear contextos o personajes que sentimos haber visto recientemente en Argentina, bajo un punto necesario de acidez.

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Darío Barassi cobra más protagonismo en esta entrega como un divertido guardia de seguridad sanjuanino, mientras que hace lo propio Gastón Cocchiarale como Miguel, el pupilo de Eliseo que buscará aprender algo de su cuestionable "chispa". 

También hay apariciones que regalan grandes momentos, sobre todo la de Norman Briski. Diego Torres interpreta al vendedor de una funeraria y también están Eugenia "China Suárez" y Rusherking como dos estudiantes que se instalan en el edificio.

Lo mejor de "El encargado" es que no requiere de mucho tiempo para arrancar verdaderas carcajadas con lo bizarro que se puede tornar todo. El caos es el verdadero agente de la comedia satírica de Cohn y Duprat.

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No es fácil hablar de que algo esté mal en la serie. Es fresca y hace reír mucho. Lo que quizás podría criticarse es la tendencia a la repetición de algunos de los gags, por más que esto mismo sea parte de la broma.

Es difícil definir hasta cuándo pueden volver a ocurrirle problemas similares a este cínico portero, por lo que un fuerte giro de guión quizás no vendría mal para una futura continuación sin que el formato se gaste.