Todo sobre la liberación de Kilmar Ábrego García y el temor a su deportación

Kilmar Ábrego García, quien fue deportado erróneamente a El Salvador en el marco de la agresiva política migratoria de Donald Trump, ha estado de regreso en Estados Unidos por más de dos semanas luego de ser imputado por tráfico de personas en Tennessee.

Actualmente, la situación de este trabajador de la construcción de 29 años originario de Maryland es complicada.

Un juez federal en Tennessee decidió el miércoles que Ábrego García tenía derecho a ser liberado mientras se lleva a cabo su juicio por contrabando de personas. Sin embargo, seguirá detenido mientras sus abogados evalúan si los fiscales federales pueden evitar que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo deporten.

Durante la audiencia del miércoles, sus defensores expresaron su preocupación de que el ICE actuara rápidamente para deportarlo antes de que se celebren las audiencias judiciales.

La jueza federal Barbara Holmes también manifestó dudas sobre su capacidad para ordenar a los fiscales que se aseguren de la cooperación del ICE.

“No tengo dudas acerca de mi capacidad para dirigir a la fiscalía federal local”, afirmó la jueza. “Sin embargo, no tengo autoridad sobre ICE”.

Holmes no dio una fecha específica para emitir la orden de liberación de Ábrego García, aunque anticipó que no será antes del viernes por la tarde.

La acusación de tráfico de personas contra Ábrego García lo señala por haber estado involucrado en el contrabando de cientos de personas indocumentadas en Estados Unidos desde 2016 hasta 2025, entre ellos menores y miembros de la pandilla MS-13. Los cargos derivan de una detención por exceso de velocidad en Tennessee, donde conducía un vehículo con nueve pasajeros.

La audiencia reveló detalles sobre la interacción entre la policía y Ábrego García, donde agentes de seguridad expresaron sospechas de que estaba transportando personas a cambio de dinero. Uno de ellos mencionó que el imputado tenía 1.400 dólares en efectivo.

En otra vista judicial, un agente del Departamento de Seguridad Nacional, Peter Joseph, testificó que algunos testigos indicaron haber visto a Ábrego García cometer crímenes. Sin embargo, su defensa argumentó que los testigos actuaron por intereses personales en sus situaciones migratorias o penales.

Ábrego García se declaró no culpable, planteando que estas acusaciones eran un intento del gobierno de justificar su deportación errónea de marzo.

Las dudas sobre la veracidad de las acusaciones se incrementaron cuando un fiscal federal indicó que un testigo aseguró que Ábrego García hacía viajes constantes desde Maryland a Houston, una travesía considerable.

La jueza Holmes determinó que los fiscales no habían demostrado que Ábrego García constituía un riesgo de fuga ni un peligro para la comunidad, y al final de la audiencia estableció diversas condiciones para su liberación, aunque decidió mantenerlo bajo custodia ante la posibilidad de su deportación.

El fiscal interino, Rob McGuire, se comprometió a trabajar en coordinación con el Departamento de Seguridad Nacional, pero reconoció que el ICE actúa de manera independiente.

El abogado de Ábrego García, Sean Hecker, advirtió que tanto el Departamento de Justicia como el de Seguridad Nacional forman parte del mismo poder ejecutivo y deberían cooperar. Además, mencionó que el ICE ha favorecido la permanencia de ciertos testigos a cambio de su colaboración.

Por otro lado, la fiscalía había tratado de impugnar la orden de liberación, pero un juez rechazó su solicitud, reprochando que el gobierno intentaba absolverse de una situación que ellos mismos generaron.

Ábrego García, quien creció en San Salvador y huyó hacia Estados Unidos tras amenazas de pandillas, ha tenido una vida complicada tras cruzar la frontera. Ha trabajado en la construcción y ha establecido lazos en el país. Sin embargo, tras ser deportado brevemente a El Salvador, su futuro sigue siendo incierto.

Los expertos advierten que, si el ICE vuelve a capturarlo, intentará deportarlo nuevamente. Ábrego García tendría que plantear sus defensas en un tribunal migratorio.

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