¿Llaryora le vuelve a regalar la Municipalidad al Suoem?

Adrián Simioni

La Municipalidad de Córdoba y el sindicato de los municipales, el Suoem, acaban de acordar varias cosas muy favorables a los empleados del intendente, Martín Llaryora.

Hay una recomposición salarial de casi 20% para un semestre y una compensación para noviembre y diciembre que se dará en abril. La mejora también incluirá la séptima hora que los municipales dejaron de trabajar cuando Llaryora entró a la municipalidad y les recortó el salario, dejándoles una jornada de 6 horas. Es decir que hoy hay municipales que trabajan 6 hora pero les compensan la hora que dejaron de trabajar. O sea: por hora, cobran más que antes.

Pero eso no es lo principal. Lo más grueso es que van a pasar a planta permanente, otra vez, 620 contratados, 80 de los cuales fueron tomados por el propio Llaryora. Con esto vuelven a llenarse las 770 vacantes que había conseguido el intendente con las jubilaciones anticipadas. Es el círculo de nunca terminar. Se retira gente que sigue cobrando y se suma más gente para reemplazarlos.

Pero eso no es todo. Todo el acuerdo fue bordado con Rubén Daniele, el eterno jefe sindical que durante décadas puso a la Muncipalidad al servicio del Suoem en lugar de al servicio de los vecinos. Ramón Mestre se animó y lo obligó a jubilarse en 2017 pero Daniele nunca dejó de manejar los hilos. Su retiro está judicializado y si hay un fallo a su favor, en abril Daniele podría presentarse a las elecciones en el Suoem y volver a ser elegido por los 620 nuevos afiliados y los municipales que justo ahí cobrarán la compensación de noviembre/diciembre.

Llaryora hizo un ajuste inicial en la Municipalidad que los vecinos aprobaron. Lo mostraron las encuestas. Pero ahora, a mitad de su mandato, es probable que de aquel ajuste vaya quedando poco. Tal vez sea porque Llaryora acaba de iniciar silenciosamente su carrera a la gobernación de Córdoba. Y en esa carrera, lo que menos necesita Llaryora es un municipio en conflicto, jaqueado por los municipales. Quizás eso explique las mejoras y la centralidad que empieza a recuperar el Suoem. Ojalá los vecinos no volvamos a pagar los platos rotos de tener demasiados empleados muy caros para una ciudad tan descascarada.