Hay que zafar de Zaffaroni
Por Adrián Simioni.
29/06/2021 | 12:17Redacción Cadena 3
Hay personas que tienen la virtud de expresar en forma muy transparente lo que los demás intentan disimular. Es el caso del exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni.
Zaffaroni vaticinó que si en las próximas elecciones gana Cambiemos "el país será un desastre". Y, en cambio, dijo que, si gana el Frente de Todos, avanzarán en "algunas reformas institucionales" que no precisó. ¿Por qué para Zaffaroni serían necesarias esas reformas? Bueno, porque, según él, el Frente de Todos hoy "no tiene el poder institucional, mediático y judicial". Y, para él, con un mayor poder institucional, el Frente de Todos podrá "controlar el poder real".
Son pocas palabras que revelan el pensamiento profundo del kirchnerismo más radicalizado, el cristinismo ideológico que ha copado el gobierno de Alberto Fernández.
En efecto, el kirchnerismo está convencido de que no tiene hoy el poder institucional, mediático y judicial. Es increíble: controla el Poder Ejecutivo nacional, tiene mayoría propia en el Senado, tiene una amplia primacía en Diputados, maneja en forma directa o con aliados 18 provincias, incluida la Provincia de Buenos Aires, domina ampliamente la fábrica de relatos y militantes de las universidades, tiene al servicio de su clientelismo a organismos que deberían ser autónomos como la Anses. En cuanto al poder mediático, la cantidad de medios alineados está a la vista de todos. Y sobre el Poder Judicial, ni hablar: de los últimos 18 años, durante 14 años todas las designaciones más importantes pasaron por la zaranda de Néstor o de Cristina. Y en los 4 años restantes no se pudo hacer nada en la Justicia sin el consentimiento K en el Congreso o en el Consejo de la Magistratura.
¿Qué más quieren? ¿Qué más necesitan Zaffaroni y los suyos para realmente tener el poder? ¿Cuánto poder exigen para poder gobernar como ellos quieren?
La impresión es que necesitan todo, ¿no? Que es todo o nada. Que van por todo. De hecho, no trepidan en violar la ley o en incitar a hacerlo o a desobedecer a la Justicia cuando encuentran algún límite. Todos los días hay un ejemplo. El último es el del diputado misionero que incita a cortar rutas, tomar tierras, a voltear un fallo judicial y a voltear las leyes del Congreso que él mismo integra. Todo en un mensajito de Whatsapp.
Es lo que expone Zaffaroni. Para hacer lo que quieren hacer -que no sabemos bien qué es porque el Frente de Todos jamás se ha dignado a explicar su masterplan, su proyecto general- necesitan todo el poder.
¿Qué espacio tendríamos todos los demás en ese mundo de poder único con el que sueña Zaffaroni?
El mundo de Zaffaroni no es compatible con la democracia ni con la República. La democracia es someterse a la posibilidad de la alternancia y a los procedimientos democráticos de gobierno. Y la República es someterse a la división de poderes, a la primacía de la ley, a la aceptación de que todos tenemos derechos que ejercer y obligaciones que cumplir, a la admisión de que nadie tiene siempre todo el poder.
Por eso cuando Zaffaroni habla así deberían saltar todas las alarmas. Tenemos que zafar de este zaffaronismo. Porque es la voz profunda de un sector de vocación muy totalitaria, muy antirrepublicana y muy antidemocrática. Y es el que gobierna. Y el que va por todo.




