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Cristina, una institución

 

05/11/2021 | 11:28Redacción Cadena 3

  1. Audio. Cristina, una institución

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    Episodios

Alberto Fernández hace rato dejó de ser el moderado que había dicho ser. Puede haber sido por impotencia, temor o falta de principios, lo cierto es que el Alberto que se vendía como un defensor de las instituciones, se ha ido radicalizando.

A cada frustración, Fernández se mimetizó cada vez más con Cristina Fernández y su relato.

Así el campo, las empresas, el sector privado en general han pasado a ser especuladores miserables y sinvergüenzas que suben precios; Cuba, Venezuela y Nicaragua se convirtieron en faros de los derechos humanos; el FMI es un ente corrupto que milita para Macri y “nos quiere poner de rodillas”; y los opositores son sádicos que quieren un país sólo para 20 millones de argentinos.

Alberto acaba de dar otro paso en su radicalización: ayer consideró indignos a los cuatro jueces de la Corte Suprema. Que el Presidente diga eso de otro poder del Estado, en lo que se supone que es una República, ya sería escandaloso. Encima Alberto lo hizo en la embajada de otro país (la de México).

Pero lo peor no es eso. Lo peor es todo lo chirle derrama de Alberto, su carácter de segundón. Alberto parece repetir un relato que no entiende. Por eso su radicalización es gris. Alberto no tiene ni un cachito de la epopeya que le metía Cristina. No entusiasma ni a los pibes más fanáticos de la revolución. Porque ellos tampoco creen en él.

De hecho, su injuria a la Corte ni siquiera era el eje de su discurso de ayer. Alberto estaba guitarreando sobre los presidentes bolivarianos y así, como al pasar, le pintó decir que la Corte de Brasil es digna, “no como la argentina”. Nadie sabe bien a cuento de qué lo dijo, como no sea el viejo temor de Cristina a lo que pueda pasar en la Corte con sus causas de corrupción. Alberto no ha planteado una cuestión de fondo con la Corte ni propuesto caminos para encararla. Simplemente denigró a la Corte, de la nada, como si hubiera estado aburrido.

A este Alberto el gris, al jurista autopercibido de la Rosada, habría que dedicarle el mismo tuit que él le dedicó en 2013 a Cristina Fernández, cuando ambos se odiaban. Cristina decía que la Corte no era un contrapoder del Ejecutivo sino un ente al servicio de los poderosos. Y Alberto la trató de ignorante: “Si Cristina Fernández no entiende por qué la Corte es un ''contrapoder'' deberíamos averiguar quién la aprobó en Derecho Constitucional”.

Ahora se ve que Alberto otra vez se dio vuelta y piensa lo mismo que Cristina. Que, a esta altura, es la única institución que le queda.

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