De importar, a fabricar: una mueblería que nació en crisis y hoy crece en Chaco
En el Parque Industrial de Puerto Tirol, La Bella tiene más de 50 empleados. Produce sillones y colchones de calidad, apostando al diseño local.
21/07/2025 | 15:00Redacción Cadena 3
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La Argentina Posible
En el corazón del Chaco, en el Parque Industrial de Puerto Tirol, una empresa familiar nacida de la adversidad se convirtió en ejemplo de esfuerzo, adaptación y compromiso con la producción nacional. Se trata de La Bella, una fábrica de sillones, colchones y sommiers que nació en plena crisis del 2001 y hoy genera trabajo para más de 50 familias chaqueñas.
“Fue un acto de resiliencia”, cuenta Pablo Robaina, uno de los tres hermanos que hoy conducen la firma fundada por sus padres. “Pasamos de importar sillones a fabricarlos localmente porque el contexto ya no lo permitía. El nombre La Bella es un homenaje a mi madre, y representa el esfuerzo familiar que dio vida a este proyecto”.
Una historia de crisis, aprendizaje y crecimiento
La historia comenzó cuando, en medio del colapso económico del 2001, la familia Robaina se vio obligada a abandonar el negocio de importación. “Teníamos un sillón que nos había quedado en el depósito. Mi papá dijo: ‘¿Qué tendrá de raro esto? Tela, espuma, madera…’ y empezamos a desarmarlo para entender cómo podíamos hacerlo nosotros”, recuerda Pablo.
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Sin conocimientos previos en tapicería ni carpintería, la familia se lanzó a fabricar sus propios productos. El primer sillón tardó dos meses en venderse. Con esa venta compraron insumos para hacer dos más. Así comenzó una cadena productiva que no se detuvo.
Una empresa chaqueña con identidad y arraigo
Actualmente, La Bella emplea a 50 personas y distribuye sus productos en todo el Nordeste argentino. “Somos fabricantes y vendemos directo, sin intermediarios. Eso nos permite tener un precio competitivo sin resignar calidad”, explica Pablo, mientras supervisa la línea de producción.
Para Gabriel, uno de los operarios que trabaja hace 11 años en la fábrica, La Bella es mucho más que un trabajo: “Acá me formé, aprendí un oficio y sostengo a mi familia. Lo que más valoro es que siempre están pensando en cómo mejorar y cuidarnos a todos”.
En tiempos donde la apertura de importaciones vuelve a poner en jaque a la industria nacional, desde La Bella aseguran que su fortaleza está en la adaptación y el conocimiento del cliente local. “Nos cuesta competir con China, pero nosotros apostamos al diseño propio, a los materiales nacionales y a escuchar a quienes nos eligen”, dice Pablo.
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Una historia que continúa
La tercera generación de la familia ya se prepara para tomar la posta. “Mis sobrinos están empezando a involucrarse. Queremos que esto siga creciendo sin perder la esencia con la que empezó”, cierra Pablo, con orgullo.
La Bella no solo representa una fábrica de muebles: es una metáfora del país que se reinventa en cada crisis. Una Argentina posible.
Entrevista de Fernando Genesir
